Palabra de vida y salvación (noviembre de 2013)

amor“Lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor” (Gal 4, 6)

A lo largo de este año y después de haber vivido y profundizado en el Año de la Fe, propongámonos ahondar y poner como luz en nuestra vida la Palabra de Dios. En ella descubrimos el camino hacia la santidad que se hace camino en la caridad, en la perfección del amor. La misma Palabra de Dios no sólo nos ilumina sino que nos hace sentir la fuerza y la belleza de sentirnos amados. La caridad es el alma de la santidad a la que todos estamos llamados. Así se expresaba Santa Teresita del Niño Jesús:

“Comprendí que si la Iglesia tenía un cuerpo, compuesto por diferentes miembros, el más necesario, el más noble de todos no le faltaba, comprendí que la Iglesia tenía un corazón, y que este corazón estaba ardiendo de amor. Comprendí que el Amor solo hacía obrar a los miembros de la Iglesia, que si el Amor llegara a apagarse, los Apóstoles ya no anunciarían el Evangelio, los Mártires rehusarían verter su sangre… Comprendí que el Amor encerraba todas las vocaciones, que el Amor era todo, que abarcaba todos los tiempos y todos los lugares… en una palabra, que es eterno” (Manuscrito B, 3v).

El camino hacia la santidad no está exento de limitaciones, pecados y fracturas de unidad. Por eso la fe nos impulsa a vivir con mayor humildad y saber que la Iglesia es santa aunque abarque en su seno a nosotros que somos pecadores. La Iglesia no goza de otra vida que de la vida de la gracia. Si nos alimentamos de esta vida, nos santificamos. Los sacramentos son los vehículos de esta GRACIA y los actos de amor son el reflejo de la misma.

Durante este mes celebramos a los “santos y santas que han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia” (Beato Juan Pablo II). Profundicemos en este aspecto y pongamos todo empeño para vivir la Palabra de Dios que sana y santifica.

Tema de meditación y reflexión: Meditar y vivir a la luz de la frase de la Sagrada Escritura: “Lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor”. En el recorrido de nuestra jornada repetir como si fuera una jaculatoria esta frase y analizar las situaciones que Dios nos proporciona para mejor vivir la caridad que es sendero de santificación. Leer la Sagrada Escritura. Hay pasajes que son muy iluminativos. Cuando al final de la jornada estemos a punto de descansar miremos interiormente si ha sido considerada la Palabra de Dios. Hagamos un examen de conciencia y nos ayudará para armonizar nuestra vida según el designio y voluntad de Dios.

Compromiso para el mes: La palabra jaculatoria viene del latín iaculum=dardo. Un dardo que lanza el arquero y se clava en el corazón. Dios juega con nosotros y con su Palabra nos lanza un dardo de amor que llega a lo más íntimo de nuestro corazón. Y este dardo inflama e ilumina permanentemente. Así hemos de acoger la Palabra de Dios: como llama de amor y luz que vence a las tinieblas.

 

 

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