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Queridos hermanos y hermanas:

El próximo miércoles 6 de mayo dará comienzo la Campaña de la Declaración de la Renta en Navarra. En esta Declaración existe la posibilidad de marcar la casilla correspondiente con una X si queremos destinar parte de nuestros impuestos a la Iglesia Católica. En los difíciles momentos que estamos viviendo como consecuencia de la pandemia del COVID-19, son muchos los sacerdotes, religiosos y religiosas, creyentes que han unido sus fuerzas para poder acoger y sostener en el sufrimiento a tantos hombres y mujeres, a tantas familias, tanta desolación y tristeza.

La Iglesia tiene, indudablemente, una misión religiosa, espiritual, divina. Pero la Iglesia está encarnada en el mundo, vive en el mundo y tiene también sus necesidades para poder llevar a cabo la misión que la constituye. Para ello precisa de medios humanos y económicos necesarios para mantener las actividades pastorales con adultos, jóvenes y niños, la atención a los ancianos y discapacitados, la acogida de los inmigrantes y refugiados, la ayuda personal e inmediata a quienes la crisis económica pone en graves dificultades o para sostener el trabajo de los misioneros en los lugares más empobrecidos de la tierra. Todo ello surge de las vidas entregadas y de la generosidad suscitada en quienes han puesto su confianza en la misión de la Iglesia.

En la coyuntura concreta que estamos viviendo, la Iglesia está desvelando las raíces éticas de nuestro mundo y está ayudando con todos los medios a su alcance a las víctimas de la crisis, los parados, los inmigrantes y transeúntes, desde las Cáritas diocesanas y parroquiales, las instituciones religiosas y desde tantos otros grupos y movimientos apostólicos.

A pesar de las dificultades ambientales para el anuncio y vivencia del Evangelio, de la secularización de nuestra sociedad, de los intentos de silenciar la fe cristiana, nuestra Iglesia ha de seguir llevando el Evangelio a todos, con su palabra y sus obras.

Cuando la Iglesia atiende a los enfermos, a los sin techo, cuando educa en sus colegios o Universidades, cuando se esfuerza por extender su doctrina social sobre derechos humanos inalienables, cuando defiende y protege la vida y la verdad de la familia, está contribuyendo de manera decisiva al bien común, a la vertebración de la sociedad, a tantísimas cosas que el mundo necesita para ser renovado y hacer posible una nueva humanidad.

Por ello, os invito a marcar la X a favor de la Iglesia Católica en la Declaración de la Renta. De este modo, expresáis vuestra voluntad de que el 0’7% de la cantidad con la que contribuimos al Estado se destine a favor del sostenimiento de la Iglesia. Recordad que si se marcan las casillas de la Iglesia Católica y de los Fines Sociales, en Navarra se destina un 0’35% a cada uno.

Con mi gratitud anticipada, os envío mi saludo fraterno y mi bendición.

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