Despedida de las MM. Capuchinas de Tudela

El pasado domingo, día 13, tuvo lugar en Tudela, en el marco de una solemne eucaristía, la despedida de la comunidad de Madres Capuchinas que durante trescientos años ininterrumpidos han permanecido en la capital ribera, fortaleciendo la vida de la Iglesia local con su oración contemplativa.
El Arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Mons. Francisco Pérez presidió la celebración, acompañado del delegado general de los capuchinos Juan María Castro, el P. Jesús Zardoya, el párroco de la Inmaculada Bibiano Esparza y el anterior párroco Juan Antonio Melero, así como el capuchino P. Azcona. A la eucaristía asistieron la Madre federal de las Capuchinas y la Abadesa del Monasterio que la Orden tiene en Caspe y que acogerá a las religiosas que estaban hasta ahora en Tudela.

El Sr. Arzobispo expresó en su homilía los sentimientos encontrados de tristeza y alegría por este acontecimiento. Por un lado tristeza por dejar este hogar y esta casa donde han permanecido toda su vida. Y la santa alegría, “porque estas hermanas son fieles al carisma de san Francisco y santa Clara de Asís”. Al mismo tiempo, que agradeció a las religiosas su entrega, anunció la llegada para ocupar su lugar de una comunidad de Peregrinas de la Eucaristía: “Durante años habéis sido una luz en medio de esta ciudad para hacer presente al Señor. Pero esta luz no se va a apagar, y este monasterio no se cierra. Como relevo, seguirán haciendo presente esta luz, una nueva comunidad, las hermanas Peregrinas de la Eucaristía”. La iglesia del monasterio, que es al mismo tiempo templo de la parroquia de la Inmaculada, estuvo abarrotada de fieles tudelanos, entre los que se encontraba el alcalde de la ciudad, que quisieron acompañar a las religiosas en el día de su despedida. Las Peregrinas de la Eucaristía estuvieron también en la celebración y participaron de modo activo en la santa Misa.

Al finalizar la Eucaristía, una feligresa de la parroquia de la Inmaculada agradeció a las religiosas su presencia y su cercanía en la acción de gracias. Jesús Zardoya, en nombre de todo el Cabildo de la catedral de Tudela, entregó a las religiosas Capuchinas un cuadro con la imagen de santa Ana, patrona de Tudela, para llevarlo a su nuevo hogar. Las tres madres capuchinas que permanecían en esta comunidad, se integran ahora en el monasterio que la orden tiene en Caspe.

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