Jornadas pastorales sobre salud en agosto, en el Monasterio de Iranzu

Juan Pedro Arbizu: “La información al enfermo es un acto humano, ético, médico y legal»

Dentro de las Jornadas Pastorales que tradicionalmente se celebran en el mes de agosto en el Monasterio de Iranzu, la Delegación de Liturgia y la Delegación de Pastoral de la Salud ofrecerán al finalizar el próximo verano el Curso titulado “El cuidado y la comunicación en la vida”, que se desarrollará los días 31 de agosto, 1 y 2 de septiembre. En este curso participará Juan Pedro Arbizu, Psicólogo clínico y Psicooncólogo en el Hospital de San Juan de Dios de Pamplona, con su ponencia “La Comunicación en el final de la vida”.

Dr. Arbizu, según su dilatada experiencia con estos pacientes, ¿cómo y cuando se debe comunicar las malas noticias?
La información al enfermo es un acto humano, ético, médico y legal en este orden de importancia. El enfermo tiene derecho a tener información de su proceso y debe ser quien marque el ritmo según sus deseos y necesidades. En muchas ocasiones nos enredamos en que decir cuando lo fundamental es cómo dar esa información. Hay que adaptarse al enfermo en un espacio adecuado y con el tiempo necesario. Es importante transmitir control y atención. En ocasiones las condiciones de trabajo no van a facilitar una buena comunicación. Tenemos que esforzarnos en superarlo por el paciente.

Cuando este primer paso se ha dado y asimilado tanto con el enfermo como con la familia, ¿como se debe de seguir informando de la situación y evolución?
La información no se realiza en una consulta. Es un proceso en el que es fundamental la confianza y la relación médico paciente para facilitar la comunicación en cualquier momento del proceso de enfermedad. Es habitual que la ansiedad genere dificultades en el paciente y sea necesario repetir información ya dada. Esto es normal.
Cuando esta situación está regulada, ves la conveniencia de generar diálogo e implicar al paciente en la toma de decisiones. (Consentimiento informado y Testamento Vital). Siempre que él lo requiera. Hay pacientes que afrontan la enfermedad con una negación que puede ser adaptativa y que hay que respetar. Tendremos que tener la habilidad suficiente como parar mantener sus deseos y decisiones respetando este tipo de afrontamiento. Desde luego, siempre es bueno favorecer una comunicación en la que se valoren estos temas. Es fundamental tener claro que el protagonista es el enfermo. Los profesionales podemos facilitar pero no imponer nuestros propios criterios que de alguna manera pueden influir negativamente.

¿Qué habilidades principales de comunicación destacaría en el abordaje con la familia o el cuidador principal?
La capacidad de escuchar. La habilidad de que el otro se sienta entendido. No sólo que le entendamos sino que lo perciba. El respeto y la tolerancia en las distintas formas de responder ante situación de sufrimiento. Y es clave la capacidad de tolerar y acompañar ese sufrimiento. Lugo hay habilidades y técnicas básicas en la comunicación que van a favorecerla y se pueden aprender y entrenar.

¿Cree que es importante la comunicación con la familia después de la pérdida de un ser querido?
Cada uno, desde su papel, tiene que ofrecer esa atención y contacto a la persona que ha perdido un ser querido. Uno de los problemas de la sociedad moderna es la poca capacidad de compartir el dolor y el sufrimiento de los otros. Nos gusta poco escuchar el pesar de otras personas. Enseguida tendemos a minimizar y a animar. Lo que parece que queremos es distanciarnos de esa pena porque nos incomoda. Deberíamos analizarlo, confrontarlo y de una manera más madura, saber actuar mejor con las personas que sufren.

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