La voluntad de Dios en la Dirección Espiritual

El Papa Benedicto XVI en su último mensaje para la Cuaresma nos dice: “Siempre es necesaria una mirada que ame y corrija, que conozca y reconozca, que discierna y perdone (cf. Lc 22,61), como ha hecho y hace Dios con cada uno de nosotros.

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Acompañamiento Espiritual

Lugar: En el Oratorio San Felipe Neri de Pamplona, enla capilla de la Divina Misericordia. Situado en la Calle Nueva, nº 12.

Horarios: De lunes a viernes de 16:00 a 20:30 horas, excepto fiestas y vacaciones.

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El Papa Benedicto XVI en su último mensaje para la Cuaresma nos dice: “Siempre es necesaria una mirada que ame y corrija, que conozca y reconozca, que discierna y perdone (cf. Lc 22,61), como ha hecho y hace Dios con cada uno de nosotros. En este sentido podemos preguntarnos: Esa mirada ¿Qué tiene que corregir, conocer y reconocer, discernir y perdonar? Lo más importante de nuestra relación con el Señor: Su santa voluntad. Fuente y plenitud de nuestra felicidad”.

Los cristianos podemos vivir muchas etapas en nuestra vida espiritual y en todas ellas es necesaria la mirada de alguien por la cual nos mire Dios. Por ejemplo ¿Cómo escuchar que eres amado? ¿Cómo descubrir la elección y la predilección de Dios para conmigo? ¿Cómo escuchar que soy un tesoro precioso a los ojos de Dios (Cf. Jer 1, 5-7)? Pues gracias a una mirada que objetive y descubra la huella de Dios en tu vida. Gracias a Dios los sacerdotes somos instrumentos de esta huella de Dios, ojos de esta mirada tan necesaria.

Doy un paso más. En nuestro camino de fe llega un momento trascendental. Santa Teresa de Jesús, San Francisco Javier o San Ignacio y todos los grandes santos lo han explicitado en sus escritos: ¿Qué quieres de mi Señor? Todos hemos llegado o debemos llegar a esta pregunta. Tú me has creado, tú me has elegido para vivir en tu Iglesia ¿Qué quieres ahora Señor? ¿Cómo ayudarte mejor? ¿Qué hago con esto que me has mandado?

La dirección espiritual, la mirada de otro tiene que ayudar a discernir, aclarar y descubrir la voluntad de Dios. Puede ser en orden a una decisión vocacional fuerte o en orden a una decisión temporal o circunstancial. El que dirige necesita mucha oración, mucha paz, mucha objetividad y añadiría yo, amar mucho a la persona acompañada. El amor es el consumador de la obra de Dios. Sólo el amor mueve al pastor a buscar la oveja y cargarla. Sólo el amor puede curar al ciego, levantar al paralítico o mirar a la mujer pecadora. Y la persona dirigida necesita humildad, confianza y dejarse querer y acompañar en el deseo sincero de hacer lo que Dios quiera. A partir de ahí Dios irá suscitando sentimientos de Paz y alegría en la medida en que se cumple su voluntad. Desde luego los grandes maestros del espíritu dan muchas recetas a este respecto.

¡Cuantas vocaciones se han aclarado a la luz del acompañamiento espiritual! ¡Cuantas lágrimas al escuchar que sí, que Dios te quiere, que Dios te está llamando, que eres precioso a sus ojos, que es esto lo que quiere para ti!

La nueva evangelización pasa por mirar de tú a tú. La dirección Espiritual en orden a descubrir la vocación es un instrumento de Dios que estamos rescatando para suscitar en nuestra Iglesia nuevos Apóstoles del Señor. Poco a poco. De tú a tú. Confiemos en esta pastoral del acompañamiento. Muchos de nuestros hermanos están esperando que alguien les acompañe en su camino de fe y de descubrimiento de la voluntad del Señor. Con humildad y paciencia. Con la ayuda del Señor y de la Virgen María.

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