El Colegio Mayor de Humanidades cumple XXV años

Hace 25 años abría sus puertas el Colegio Mayor de Humanidades, una residencia para acoger a sacerdotes de diversas diócesis del mundo que vienen a cursar los estudios eclesiásticos en las Facultades de la Universidad de Navarra.

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Hace 25 años abría sus puertas el Colegio Mayor de Humanidades, una residencia para acoger a sacerdotes de diversas diócesis del mundo que vienen a cursar los estudios eclesiásticos en las Facultades de la Universidad de Navarra.

El pasado día 4 de mayo lo celebramos en una solemne concelebración presidida por Mons. Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona, que fue el primer director del Colegio.

Por este Colegio Mayor han pasado desde entonces más de 200 sacerdotes. Todos han podido encontrar aquí un hogar en el que experimentar de modo concreto la fraternidad sacerdotal, y la posibilidad de continuar adquiriendo la formación espiritual, cultural y humana, necesario complemento de la académica que reciben en las aulas de la Universidad.

En muchos de ellos ha quedado un grato recuerdo de los años que vivieron en el Colegio Mayor. Como el caso de Anatole, de Burkina Faso, que nos escribe diciendo que «los dos años pasados en esa casa (2003-2005), me fortificaron en mis convicciones de fe y de sacerdote en busca de ciencia y método, para presentar mejor el mensaje cristiano a los hombres de el hoy». También Manny desde Filipinas nos escribe diciendo que «los años que he vivido en el Colegio Mayor han sido una bendición del Señor. El ambiente de fraternidad sacerdotal, de libertad, de alegría, de estudio, de cultura, de oración, de piedad litúrgica, de descanso… todo esto ofrece a cualquier residente una pauta de estilo de vida sacerdotal comunitario muy positivo».

Cada año unos cuantos residentes del Colegio Mayor tienen la oportunidad de dedicar parte de su tiempo libre a colaborar en algunas parroquias y en los hospitales de la diócesis de Pamplona, de lo que resulta un mutuo enriquecimiento. Luc, originario de la diócesis de Obala (Camerún), colabora los domingos en la parroquia de S. Antonio María Claret (Pamplona). Para él es una ocasión de vivir la comunión eclesial, conocer mejor las costumbres locales y practicar el español. Está muy agradecido por la buena acogida que le han dispensado en la parroquia.

Benny es originario de la diócesis de Surabaya (Indonesia) y durante las vacaciones de Navidad y Pascua ha colaborado en la parroquia de Cárcar, y quedó muy agradecido por esta oportunidad de trabajar en Pamplona en una pastoral con características distintas a la de su país de origen.

Alejandro, de Chile, ha tenido la oportunidad de trabajar en las parroquias de San Miguel y de San Lorenzo de Pamplona. Pero también en Artica y en la capellanía de la cárcel. Resume su experiencia con estas palabras: «Colaborar en la diócesis me recuerda que soy sacerdote y pastor diocesano y que los estudios son una herramienta para mejorar ese fin. El cambio de actividad me hace descansar y vivir la realidad de una Iglesia que camina con los pies de sus párrocos».

Milton, de Quilon (India) ejerce su ministerio los domingos en el Cementerio, y nos cuenta que es para él una experiencia que le permite estar en contacto con las personas en unos momentos difíciles y dolorosos como es la despedida final de un ser querido.

En este aniversario damos gracias por los muchos frutos habidos en estos 25 años y miramos hacia el futuro para que podamos seguir colaborando con eficacia al servicio de todas las diócesis en la formación de sus sacerdotes.

Enrique Borda, Director

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