Fiesta de la Merced en la cárcel de Pamplona

Cerca de un centenar de internos asistieron a la Misa que se celebró en la capilla del Centro con motivo de la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, Patrona de las Instituciones Penitenciaria. También asistieron la Directora del mismo, Beatriz Gil, un buen grupo de voluntarios y personal de servicio.

La Misa estuvo presidida por Mons. D. Francisco Pérez, Arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, acompañado del capellán de la cárcel, Nacho Iturria. Ayudó el Diacono Permanente, Fernando Aranaz que, habitualmente, ejerce su labor apostólica entre los internos. Al comienzo de la Misa, Paloma Pérez, miembro del voluntariado colaborador del Centro Penitenciario, tuvo un emotivo recuerdo para D. Antonio, “el cura de la Cárcel”, recientemente fallecido.

D. Francisco en su homilía fue citando frases del Evangelio referente a ayudar al necesitado: “porque estuve en la cárcel y me visitasteis”, “lo que hicisteis a uno de estos mis pequeños…”, ”venid a Mi los que estáis cansado y agobiados…”, asegurando que la mejor forma de humanizar la convivencia en el Centro es espiritualizándolo, porque: “un humanismo sin Dios es un humanismo inhumano”. Terminó invitando a todos a cobijarse bajo el manto de la Virgen porque “una Madre no se cansa de esperar”, aludiendo a la canción que había interpretado el grupo de voluntarios.

Antes de despedir la asamblea, D. Francisco tuvo una ocurrencia: “Yo le pediría, señora directora, que diesen un pastel a cada recluso para celebrar el día de la Merced”. Y ante la cara de sorpresa de la directora añadió: “Pero no se preocupe, los paga la capellanía”.

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