Juan Carlos Martínez murió como vivió, siempre luchando

 manos unidas1Se apagó definitivamante el martes, después de luchar contra una penosa enfermedad que terminó con su vida antes de lo previsto; cuando todavía era mucho lo que le quedaba por hacer en este mundo, que, por experiencia, él sabía que era posible cambiar… Se nos fue el misionero Juan Carlos Martínez, hermano de la consolata y de los indios de Roraima, por los que combatió con las armas de la palabra y de la oposición pacífica.

Sus compañeros del Departamento de América de Manos Unidas, a quienes se unió como voluntario hace años, cuando regresó de Brasil, le recuerdan con enorme respeto y gran cariño.

“Conocimos a Juan Carlos en la selva amazónica brasileña. Luchaba junto a los indios por su dignidad y sus derechos. Manos Unidas aportaba su granito de arena en esta lucha. Y la lucha se ganó.

Cuando Juan Carlos volvió de Brasil, enseguida vino a Manos Unidas para colaborar con nosotros como voluntario. Y eso nos dio la oportunidad de viajar muchas veces juntos a Brasil para visitar los proyectos apoyados allí por Manos Unidas, y de conocer mejor al gran hombre anónimo que nos dejó ayer.

Su inteligencia, su humildad y el convencimiento profundo de que otro mundo es posible iluminaron los viajes y el trabajo día a día.

Sin duda, Juan Carlos dio mucho a Manos Unidas y a todos los que le conocimos.

Descanse en paz”.

Con la misma tristeza se despiden de él sus compañeros del Consejo Indigenista Misionero, CIMI, hondamante apenados por la temprana pérdida.

“Profundamente conmovidos, recibimos la noticia de la muerte del hermano Juan Carlos, misionero de la consolata, que durante años dedicó su vida a apoyar a los pueblos indígenas de Roraima. Allí, durante un tiempo, vivió en Surumu trabajando en el Centro de Formación Indígena, donde se convirtió en una víctima de secuestro promovida por los hacendados de la región, como reacción a la lucha por la demarcación de las tierras que mantenían los indígenas.

Después, durante aproximadamente dos años, Juan Carlos trabajó en representación de la entidad española Manos Unidas, en los proyectos de Cimi Norte I, en la región de Vale do Javari .

El Consejo Indigenista Misionero – Regional CIMI, Norte I (AM / RR), lamenta la pérdida de este misionero y se une en oración a su familia, amigos y compañeros de trabajo, para que su memoria siempre sea recordada y nos anime a todos en la lucha por la justicia, la igualdad y el respeto a los pueblos indígenas, parte esencial de su misión en la vida”.

MANOS UNIDASJuan Carlos era una de esas personas nacidas para cambiar vidas. Te invitamos a leer lo que escribió sobre él el periodista Javier Fernández en el libro «50 historias de solidaridad», (adjunto en pdf) publicado cuando Manos Unidas cumplió su primer medio siglo de vida. Probablemente entonces, entiendas el porqué de esta afirmación.

El misionero logroñés nos dejó el martes, cuando los cincuenta años asomaban a su vida. «¡Gajes del oficio!», habrá exclamado; igual que hizo cuando fue rescatado de manos se sus secuestradores, allá en Brasil.

Sí, Juan Carlos, gajes del oficio… de vivir.

Gracias por todo,amigo. ¡Hasta pronto!

 

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