Impulso de los Propagandistas católicos en Pamplona

El pasado 4 de marzo se celebró en la parroquia de San Nicolás una importante reunión organizada por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). A la misma asistieron el Viceconsiliario nacional D. Andrés Ramos y la Vicesecretaria general Carmen Escribano, invitados por el Secretario de la ACdP en Pamplona, Miguel Andériz. Con esta reunión se pretendía dar un nuevo impulso a esta Asociación centenaria, presente en nuestra diócesis desde hace más de 80 años, y cuyo carisma se centra en la presencia de los católicos en la vida pública.

La exposición de Andrés Pardo partió de la pregunta del padre Ángel Ayala (s.j), fundador de la ACdP, dirigida a los primeros propagandistas: situarnos delante de un Sagrario y decir ¿Qué quiere Dios de nosotros?, llevándola a nuestra situación actual.

Tenemos el don de la fe, prosiguió, lo que supone creer en Jesús de Nazaret, y tenemos la necesidad de comunicar esta experiencia. El Bien tiende a comunicarse, como lo hizo Santa Teresa de Jesús. Los propagandistas siguen las palabras iniciales de la Gaudiumet Spes “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”. La Iglesia se siente unida al género humano y a su historia. Ser propagandistas, es un estilo de vida, que el cardenal Ángel Herrera, otro gran propagandista, definía así: «Tenéis que ser almas lámpara, que viven en la luz, que trasmiten la luz, que ven en todo la luz de Dios; así son los hombres en los que habita la luz de Dios”.

El P. Ángel Ayala nos invita a situarnos ante lo real, a levantar al hombre. ¿Qué deberíamos hacer hoy?: Neutralizar los valores culturales adversos. Este hombre providencial descubre con asombro que ese hombre real somos cada uno de nosotros. Por eso, nos asociamos, para defender nuestros derechos, “los del que paga los impuestos, los del patrono que trata bien a sus obreros, los de quienes defienden sus convicciones. Los hombres de Dios son inconfundibles”.

Por último, resumió el carisma del Propagandista en estas ocho cualidades:

1. Magnanimidad. Trabajar para el bien común, empresas y obras.
2. Abnegación, seguridad en la fe.
3. Jerarquismo (disponibilidad plena a las autoridades eclesiásticas y civiles).
4. Sano optimismo. No lamentos, sino acción.
5. Santa audacia cristiana. San Pablo después de su conversión estuvo siete años en silencio, antes de la acción.
6. Modernidad, no reniegan de su ayer, pero su atención es el Hoy.
7. Espíritu de cooperación: Unir y sumar a los católicos españoles.
8. Intensa vida sobrenatural, como base y fundamento del propagandista.

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