Participación de Mons. Francisco Pérez en el Seminario sobre la Familia en Maputo

El Señor Arzobispo, don Francisco Pérez, volvió el pasado 2 de junio de su viaje por Mozambique, en el que ha participado en el Seminario sobre la Familia, organizado por la CCEE y la SECAM y que ha llevado por título “La alegría de la Familia”.

El Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM) se reunieron del 28 al 31 de mayo en Mozambique. En este Encuentro, se trató el tema de “La alegría de la Familia”.

El Seminario, organizado por el obispo Lucio Muandula, Presidente de la Conferencia Episcopal de Mozambique, estuvo presidido por el arzobispo Gabriel Mbilingi, de Angola, Presidentes de SECAM, un representante del Cardenal Peter Erdő de Hungría, el presidente de la CCEE y como representante de la Conferencia Episcopal Española, nuestro Arzobispo, Mons. Francisco Pérez González.

Tras un proceso de creciente colaboración pastoral, los dos organismos eclesiales han ido organizando diferentes encuentros de esta índole con el objetivo de reunir a obispos de ambos continentes para colaborar y reflexionar sobre los principales desafíos que enfrenta la Iglesia.

A la vista de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco y en el marco de las reflexiones que se abordarán en la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la vocación y misión de la Familia en la Iglesia y en el Mundo Contemporáneo, que tendrá lugar en octubre de 2015, los obispos deliberaron en este encuentro sobre cuestiones relacionadas con la familia de los dos continentes, tratando temas como la antropología, los retos sociales y eclesiales para la Familia, la alegría y el sufrimiento de la familia: desafíos pastorales, la Misión del Obispo en la proclamación del Evangelio de la Familia…, etc.

En el mensaje final, leído por Mons. Duarte Da Cunha, Secretario General del CCEE en nombre de los obispos de los dos continentes, expresaron su deseo de “dejar que la luz de Cristo brille, aumentando nuestro cuidado pastoral de la familia, mediante la preparación de nuestros jóvenes para el Santo Matrimonio, acompañándolas espiritualmente, o en el cuidado de los ancianos”.

Asimismo, los Obispos hicieron alusión a las familias “en donde los esposos se aman con un amor que crece con el número de años de matrimonio, donde los niños se sienten amados, donde la fe en Dios y en los valores familiares se vive y se transmite, donde hay una aceptación incondicional, un espacio para la corrección fraterna, un lugar para el perdón y la reconciliación, un espacio en donde todos los niños son bienvenidos, con cualesquiera rasgos y discapacidad”. No olvidaron, igualmente, a aquellas familias “que viven en una crisis matrimonial. Sufrimos -afirmaron- con las familias rotas, empobrecidas (…), con las familias destrozadas por el odio, la guerra, la migración y la trata de personas”.

Finalmente, invitaron a las familias “a orar juntos, ya que la oración es el corazón de la vida del amor y de la fe a la que todos los miembros de la familia están llamados. Es responsabilidad de los padres educar en los valores humanos y en unas conductas virtuosas”. El Mensaje concluía con una llamada a los líderes políticos “para que ofrezcan a las familias los medios necesarios para que puedan cumplir con sus responsabilidades como padres y educar a sus hijos para el mayor bien de la sociedad”.

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