Envío de familias en misión

E l pasado viernes, 10 de junio, se celebró en la parroquia de San Jorge de Pamplona el envió de dos familias en misión. Ricardo Alvarez y Nathalie Sanzberro con sus cinco hijos, de la 3º comunidad de San Fermín, y Miguel Ángel Durán y Ana López con sus cuatro hijos, de la 4º comunidad de San Jorge, realizaran misión en Portsmouth. La celebración de envío estuvo presidida por el Señor Arzobispo, Don Francisco Pérez. Las familias estuvieron acompañadas por familiares y hermanos de las diferentes comunidades neocatecumenales.

El rito de envío comenzó con el rezo de unas vísperas. Después con el aleluya se dio paso al evangelio de envío (Mt, 10). A continuación el obispo preguntó a los primogénitos de cada familia a ver si iban contentos a la misión. Santiago, el hijo mayor de Ricardo y Nathalie, respondió con mucha naturalidad que él estaba muy contento de ir a un país extranjero y por volar en avión. Por otro lado Miguel Ángel, el hijo de Miguel Ángel y Ana, dijo que él estaba contento; y a la pregunta de si sabía porque iban allí respondió: «Porque creemos en Dios». Después fue el turno de los padres que hablaron de su experiencia en esta nueva misión.

Ricardo contaba: «Esto es algo superior a mí y lo puedo hacer gracias a la comunión con mis hermanos y a las experiencias de otros que me han precedido. Sé que humanamente esto es complicado y en este tiempo el demonio me está atacando pero el señor va siempre por delante, y además tenemos una comunidad y una iglesia que reza por nosotros». Por su parte Nathalie aclaro: «El Señor me ha ido trabajando en mi vida poco a poco. Ahora mismo me encuentro con mucha paz y por eso sé que esta misión es de Dios».

Después fueron Miguel Ángel y Ana los que intervinieron. Para Miguel Ángel: «Mi misión es dar lo que gratis he recibido y darlo de la misma manera que se me ha dado a mí. Vamos sin nada pero con la esperanza y la certeza de que Dios lo lleva. Vamos a sufrir pero vamos a ser felices». Ana también dijo: «Esta misión no es por mí, porque a mí me gusta tenerlo todo controlado y organizado; pero si estoy con esta paz es que es de Dios. Debemos enseñar lo que nosotros somos, una familia, un matrimonio unido. Si Dios siempre nos ha dado todo ahora también va a ser así».

Una vez dieron sus experiencias fue el turno del Arzobispo que les dijo que les regalará la cruz del Cristo de la Sonrisa de San Francisco Javier, acompañada de una carta para que sea el centro de sus hogares. Les dio la enhorabuena por esta decisión y les dijo que lo que es de Dios nadie lo puede destruir. Otra de las cosas en las que hizo hincapié fue en que este nuevo camino que emprenden es un don de Dios que está siendo una luz en la iglesia.

Después tuvo lugar, propiamente, el rito de envío en el que las familias se arrodillaron delante del obispo y este les bendijo. A continuación, el arzobispo y el resto de sacerdotes fueron imponiendo sus manos uno a uno. Toda la asamblea proclamó el Credo y con la bendición final terminó esta ceremonia de envío.

Así pues, estas dos familias se preparan para emprender esta misión de anunciar el evangelio. Y como le dijo Miguel Ángel a su padre: «Vamos a ser misioneros como San Francisco Javier».

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