La imagen de San Miguel de Aralar en el Hospital

En la capilla del Complejo Hospitalario de Navarra tenemos una novedad. La efigie de San Miguel de Aralar, tan querida y venerada en nuestro pueblo, desde el día 4o de noviembre, está presente en la fachada frontal de esta centenaria Iglesia dedicada recientemente a “Santa María de la Salud”. Hasta entonces, la hornacina que está situada en la parte superior de la puerta de entrada, estaba vacía desde la construcción en el año 1913. En este sentido, a la Iglesia parecía que le faltaba algo. En la capellanía pensamos que dada la mucha devoción que al arcángel San Miguel de Aralar se le profesa, bien podría una réplica de su secular efigie presidir la fachada de esta capilla. La tradición nos enseña que San Miguel Arcángel está muy relacionado con la Eucaristía; que este arcángel preside el culto de adoración que se rinde y ofrece a Dios en las oraciones de los fieles, simbolizadas por el incienso que se eleva ante el altar. La liturgia nos presenta a San Miguel como el que lleva el incienso y está de pie ante el altar como nuestro intercesor y portador de las oraciones de la Iglesia ante el Trono de Dios.

Contábamos con una generosa donación de unos fieles, así que le encargamos al prestigioso escultor pamplonés Joseba Lekuona, la elaboración de dicha imagen, la cual ha realizado con gran maestría y acierto. Se trata de una talla de piedra oscura de Calatorao, hecha a escala de la venerada efigie de San Miguel de Aralar, de 1.57 cm de altura, por 63 cm de anchura, y de 150 kg de peso. El bloque de piedra fue extraído por el artista de las canteras de calatorao, en la provincia de Zaragoza. Nos dice Joseba que ha dedicado muchas horas y esfuerzos en la talla de esta imagen, pero lo cierto es que, al fin, le ha salido a la perfección. El 4 de noviembre, fue bendecida y posteriormente erguida su imagen hasta la hornacina desde la cual preside la Puerta de la Fe, de este Templo dedicado a Sta. Mª de la Salud. Pedimos y deseamos que el arcángel, en su advocación de Aralar, bendiga desde la Iglesia del Complejo Hospitalario de Navarra a todos nuestros enfermos, así como a sus familiares y personal que les asiste. San Miguel es también defensor de los moribundos, y de este modo continúa su ministerio angélico, de introducirnos a través de las puertas del cielo hasta la presencia del Padre Bueno y Misericordioso. En definitiva, la liturgia de la Iglesia nos enseña que este príncipe celestial nos custodia en vida y nos conduce al paraíso después de ella a los que ponemos la fe, el amor y la esperanza en Nuestro Señor Jesucristo.

Capellanía

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