Apunta a tus hijos a la asignatura de Religión

Estamos a las puertas de la campaña de prematriculación de los alumnos de infantil y primaria (13 al 17 de febrero), momento en que las familias deben decidir si apuntan sus hijos a la asignatura de Religión o a la asignatura alternativa. Por otro lado, en fechas recientes, el Parlamento Foral de Navarra instaba al Gobierno de Navarra a reducir al mínimo las horas de Religión en la escuela y sustituirlas por educación para la ciudadanía y educación sexual y reproductiva.

Queremos lanzar una serie de preguntas que están en el ambiente y nos ayuden a acercarnos a la verdad sobre la asignatura de Religión. Se las formulamos al vicario de enseñanza, Abel Arrieta, que recoge a su vez el parecer de los sindicatos con representación en el profesorado de Religión y la Plataforma Navarra Religión en la Escuela.


¿Por qué debe estar en la escuela la asignatura de Religión?
La escuela busca el desarrollo integral del alumno por lo que debe atender a lo que el niño es y a lo que está llamado a ser. Por tanto, una educación integral debe contemplar el plano intelectual, físico, afectivo, social, estético, moral y religioso o trascendente.
La asignatura de Religión es aquella que trabaja especialmente la condición moral y religiosa del ser humano, incidiendo en otros aspectos como el afectivo, social, etc.

¿La asignatura de Religión es un privilegio exclusivo de la Iglesia Católica?
Hay que desterrar el entender la asignatura de Religión como algo de la jerarquía eclesiástica. Es nada menos que un derecho fundamental de los padres recogido en la Constitución Española, art. 27.3: ”Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
El artículo 18 de la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación establece que “Todos los centros públicos desarrollarán sus actividades con sujeción a los principios constitucionales, garantía de neutralidad ideológica y respeto de las opciones religiosas y morales a que hace referencia el artículo 27.3 de la Constitución”.
Y tampoco podemos olvidar los vigentes Acuerdos Iglesia-Estado con rango de Ley Órganica.

¿Tienen los padres de otras confesiones religiosas las mismas oportunidades que los católicos?
Es necesario señalar que a la asignatura de religión están asistiendo actualmente alumnos no bautizados o de otros credos, porque la asignatura no es ofensiva con ningún credo, sino una exposición positiva del pensamiento y la fe cristianas. Le peguntaron a un niño musulmán por qué acudía a clase de religión católica, y el niño respondió: porque aquí se puede hablar de Dios…
No obstante, el Estado español ha realizado acuerdos con otras confesiones, por lo que los padres de ese credo pueden pedir clase de Religión en la escuela.

Pero, ¿actualmente hay clase de religión en Navarra que no sea católica?
Sí la hay. Si bien es verdad que es una presencia minoritaria, dado que la demanda es minoritaria y tampoco cuentan a penas con docentes debidamente titulados.

¿El profesor de religión necesita alguna titulación para dar clases?
Lo que exige la ley es que todo profesor debe tener la debida titulación para impartir cualquier materia del currículo escolar. A un profesor de Religión se le exige la misma titulación civil que al resto de los profesores del claustro y además debe contar con la especialización para dar clases de Religión (DECA) y el envío por parte de la Iglesia (DEI).

¿Cómo es la situación de los profesores de Religión en Navarra?
Centrándonos ahora en los que imparten la asignatura en la escuela estatal, más de la mitad de los profesores de un total de 200 están con jornadas parciales y repartiendo su labor en diferentes centros. Profesionales muy vocacionados y entregados a su labor que, sin embargo, no son debidamente tenidos en cuenta en sus condiciones laborales y a veces poco apreciados por sus compañeros de claustro. Sin embargo, son maestros y profesores que se han consagrado a cumplir con un derecho fundamental que están demandando en Navarra nada menos que el 60% de los alumnos escolarizados.
Merecen un reconocimiento especial por parte de los profesionales de la enseñanza y de la Iglesia entera. Y una forma de hacerlo es también matricular a los hijos en la asignatura.

¿No es raro que la Iglesia tenga que enviar un profesor que da clases en la escuela estatal?
La clase de Religión es un derecho fundamental de los padres a cuyo servicio se ponen tanto el Estado como la Iglesia. El Estado ofreciendo la asignatura y contratando a los profesores necesarios para que la impartan. Pero el mismo estado vio conveniente, precisamente para cumplir debidamente con el derecho de los padres, que fuesen las autoridades del credo correspondiente las que determinasen qué profesores, entre los que tienen la debida titulación, son idóneos para impartir la asignatura de Religión.

¿Cabe esta asignatura dentro de un Estado que se declara aconfesional?
La aconfesionalidad marca la neutralidad del Estado para no impedir la libertad religiosa de todos sus miembros. Un Estado aconfesional, lejos de oponerse al hecho religioso, debe facilitar y posibilitar el ejercicio del derecho fundamental de los padres y de todos los ciudadanos en materia religiosa, sin discriminación alguna.

Se dice que una la asignatura en la escuela es una reminiscencia del Antiguo Régimen. ¿Cómo es la situación de la asignatura de Religión en Europa?
Se imparte de forma oficial en todos los países menos en Francia (donde también se imparte en los centros privados que suponen un 22% del total). No es cuestión de gobiernos favorables, sino de derechos fundamentales y así lo reflejan las principales legislaciones a nivel internacional: por ejemplo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) en el artículo 26.3 dice: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.

¿No bastaría con una asignatura del hecho religioso o cultura religiosa?
No se trata sólo de tener un mero conocimiento religioso sobre el arte, folclore, tradiciones o lenguaje que impregna nuestra cultura. La enseñanza de la religión busca responder a la necesidad más profunda y más radical que tiene el ser humano: el deseo de infinito, la búsqueda de la verdad y de una Verdad universal y única. El sentido del bien y del mal, la capacidad de discernirlos. El sentido del dolor y del sufrimiento. El sentido de la propia existencia, la posibilidad de un más allá que se relaciona con la vida presente, la necesidad de saberse creado por Amor…

Parece que no hay un mínimo comportamiento ético de la juventud ¿No habría que acentuar más la enseñanza de valores y principios morales?
Una educación integral debe incluir la dimensión moral. De poco servirán la acumulación de conceptos en la enseñanza, si no hay un espacio específico en el que se eduque en comportamientos morales como la sinceridad, solidaridad, justicia, respeto, generosidad… La línea que separa el bien y el mal no está señalada en los mapas, sino que pasa por el corazón de cada hombre que opta libremente por el bien o por el mal.
Por tanto, forma parte de la asignatura la clave moral. Pero la afronta desde la raíz profunda que lo fundamenta, cómo lo han vivido Jesucristo, María, sus discípulos y los mejores hijos de la Iglesia. Qué dificultades comporta el vivirlos y con qué auxilios humanos y divinos contamos.

¿No se trata de un adoctrinamiento?
La libertad supone la posibilidad de elegir. Pero no se puede elegir lo que no se conoce. La clase de Religión potencia la libertad. Quienes deseen ser católicos lo podrán ser con conocimiento de causa, y los que se inclinen por ser ateos, lo harán también de forma más consciente y responsable.
Quizá debamos reconocer que un problema hoy es la ignorancia religiosa. Un desconocimiento que lleva a muchos prejuicios, a dificultades de convivencia o incluso a ser muy vulnerable a cualquier tipo publicidad seudo-religiosa o mágica engañosa que acaba siendo el pozo en el que caen muchas personas por una falta de orientación y un gran sentimiento de vacío interior.
Cada vez vemos con más claridad que la estabilidad internacional, e incluso nuestra convivencia con tantos inmigrantes, necesita estar sustentada en el diálogo interreligioso. Ahora bien, por un lado sólo puede dialogar quien tiene conciencia y conocimiento de su punto de partida. De lo contrario, más que a una “alianza de civilizaciones”, estamos abocados a la desaparición de la nuestra.
Por otro lado es necesario un conocimiento mínimo del otro. El Currículo incluye, tanto en Primaria como en Secundaria, el estudio de los elementos históricos, culturales, teológicos de las principales religiones antiguas y vigentes, y sobre todo de las grandes religiones monoteístas. Es decir, que la asignatura de Religión católica incluye un estudio de la historia y de los rasgos distintivos del resto de religiones, que no aparece en la asignatura de Historia establecida por el Estado.

¿Se puede decir que la Religión es una verdadera asignatura? ¿En qué se diferencia de la catequesis parroquial?
Catequesis y enseñanza religiosa no se identifican; son complementarias. Hay aspectos iguales y hay otros que las diferencian. El contenido doctrinal en ambas es básicamente el mismo: los elementos fundamentales de la fe y de la moral católica. Sin embargo, la enseñanza religiosa católica evalúa el progreso en el aprendizaje del alumno, pero no evalúa la fe. La catequesis sí tiene por objeto la fe de los catecúmenos que acceden al misterio de Dios, creen en El, lo reciben en los sacramentos y busca la integración en la comunidad eclesial.

Invitamos, por tanto, a matricular a los hijos en una asignatura que es fundamental para una formación integral del alumno y que da las razones fundamentales para la vida que no se pueden encontrar en ninguna otra disciplina.

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