Marcha con la Cruz de Lampedusa por las calles de Pamplona

Después de decenas de actos en colegios y residencias, parroquias y asociaciones, la Cruz de Lampedusa marchó el pasado sábado 24 de febrero por las calles de Pamplona, en un acto de solidaridad, denuncia y anuncio.

A las doce del mediodía, se celebró en la iglesia de San Nicolás de Pamplona una Eucaristía, que fue presidida por don Benito Ala, y concelebrada por don José Manuel García de Eulate, director del Secretariado para la Pastoral de Inmigrantes. Tras la Misa se inició una marcha desde la puerta del templo, encabezada por una pancarta con el lema “Frente a la indiferencia, SOLIDARIDAD“, a la que le seguía la Cruz de Lampedusa, que era portada por tres miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros (Perú), con sede en la parroquia de San Miguel de Pamplona, entre los que se encontraba su mayordomo, D. Víctor Hugo Alvarado.

Continuó la marcha por el Paseo de Sarasate, para llegar hasta la plaza del Castillo, donde junto a la estatua de Carlos III el Noble, la asociación Encuentro y Solidaridad hizo una primera alocución para la reflexión de asistentes y caminantes que se encontraron con la Cruz de Lampedusa en su recorrido. De allí continuó por Carlos III hasta las inmediaciones del monumento al encierro.

En dicho lugar Nuria Sánchez y Elena García, de la asociación Encuentro y Solidaridad, realizaron otro llamamiento, invitando a los asistentes a formar parte de esa solidaridad hacia los inmigrantes, tras la que se distribuyeron fotografías de la Cruz a su paso por Navarra, imágenes que fueron depositando los asistentes a su pies, sobre un fondo azul que representaba el mar, tras cada testimonio y compromiso que los responsables de las diversas instituciones visitadas por la Cruz fueron leyendo: Hospital de San Juan de Dios, Colegio Santo Tomás, Colegio Luis Amigó, Colegio Santa Catalina, Universidad de Navarra y un largo etcétera.

Como señaló Nuria Sánchez, “Que el paso de la Cruz de Lampedusa por nuestra Diócesis, nuestras calles y nuestra vida, rompa nuestros miedos y nuestras inercias, abra nuestra creatividad y nuestra audacia, y nos lleve a una entrega mayor y más eficaz. Para que Cristo, en nuestros hermanos migrantes, deje de ser perseguido, encarcelado y humillado”.

Al finalizar el acto los asistentes tuvieron la oportunidad de acercarse a besar y abrazar la Cruz, hecha con maderos de barcazas naufragadas frente a la isla italiana de Lampedusa, que la Fundación italiana Casa del Espítitu y de las Artes presentó al Papa Francisco y que bendijo el 9 de abril de 2014 con la encomienda de “Llevadla por todas partes” y así recordar el drama de las migraciones y la muerte de tantos refugiados.

Con esta iniciativa se ha intentado construir un mundo que no sea cómplice de la “globalización de la indiferencia”. Se ha intentado que la gente, junto a esta Cruz, guarda silencio, reflexione y rece.

La Cruz partió hacia la Diócesis de San Sebastián, tras la primera Javierada, el pasado día 4, cuando nuestro Arzobispo, Mons. Francisco Pérez, le entregó la Cruz a Mons. José Ignacio Munilla.

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