A raíz del acuerdo alcanzado entre el Estado y la Santa Sede en diciembre de 2006 el sostenimiento económico de la Iglesia Católica en España depende única y exclusivamente de los católicos y de quienes valoran la labor que desarrolla en nuestro país. Podrás deducir el 25% de tu aportación en la declaración del IRPF, o el 35% en la declaración del Impuesto de Sociedades.