La oración eleva el corazón a Dios y une a la humanidad

La Santísima Trinidad. Jornada Pro Orantibus

El próximo día 7 de junio, fiesta de la Santísima Trinidad, celebramos la Jornada «Pro Orantibus». Una Jornada que quiere poner en el primer plano de la conciencia de todos los fieles la presencia y la misión de los religiosos y religiosas de vida contemplativa en la Iglesia. Su vocación y su misión merecen el aprecio y el apoyo de todos los que pertenecemos a la Iglesia. Ellos, desde su forma de vida orante, escondida y silenciosa, se sitúan, de la manera más eficaz, en la fuente misma de la actividad evangelizadora de toda la Iglesia.

El Concilio Vaticano II afirma con claridad: «Los institutos que se ordenan a la contemplación, de suerte que sus miembros viven entregados solo a Dios en soledad y silencio, en asidua y generosa penitencia, mantienen siempre un puesto eminente en el Cuerpo Mistico de Cristo, en el que no todos los miembros desempeñan la misma función (Ro 12,4), por mucho que urja la necesidad del apostolado activo» (P.C. 7).

La jornada de este año tiene por lema una frase del apóstol S. Pablo: «El Espíritu de Cristo clama en nosotros: ¡Abba, Padre!» (Gal 4,6). Dios ha hablado desde el principio de muchas maneras; y en la plenitud de los tiempos nos ha hablado por su Hijo, Palabra hecha carne (cf. Hb 1, 1-2). Por eso, el corazón humano siente nostalgia y sed de Dios, y el corazón cristiano, bautizado en la Palabra y el espíritu, se siente hijo de Dios y, unas veces en la noche de la fe y otras en la ternura del amor, pero siempre en

la esperanza y unidos a Jesucristo, ora con confianza y se atreve a decir: » i Abba!, ¡Padre!».

Por eso, nuestros hermanos y hermanas contemplativos, con el testimonio de su vida nos reflejan, como en un espejo, nuestra propia identidad y nuestra misión en la vida; ellos son los guías expertos y adelantados de la vocación cristiana de cada uno de nosotros, e incluso, de la vocación y del destino último de todo ser humano: hijo de Dios y pertenencia suya. A ellos les debemos este gran servicio vocacional y evangelizador.

La «Jornada Pro Orantibus» es la gran oportunidad para que todo el pueblo cristiano crezca en sensibilidad y aprecio por las comunidades contemplativas. Lo más importante: orar por aquellos que tanto oran por nosotros.

Una manera de esta solidaridad espiritual de las comunidades contemplativas con los gozos y preocupaciones de la vida de nuestra diócesis es, sin duda, el hecho de que la mayoría de las comunidades contemplativas de nuestra diócesis se han unido a la adoración permanente de la Eucaristía que tiene lugar en la capilla de San Ignacio de Pamplona, y en sus respectivos monasterios han fijado un tiempo especial de oración ante el Santísimo Sacramento con esta intención explícita de estar unidas a esta iniciativa de adoración permanente del Señor.

Los contemplativos de nuestra diócesis están con nosotros y nosotros, sacerdotes y fieles, queremos estar con ellos siempre y especialmente en esta Jornada.

 

+Mons. Francisco Pérez González

Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

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