P ara un mejor tratado y comprensión de los sacramentales los resumimos en tres grupos: los rituales para la institución de ministerios, las consagraciones y los exorcismos. Son tantos que es imposible exponer algo sobre todos. Hacemos referencia a los más interesantes.

Interesa ante todo tratar de los sacramentales sobre la Institución de Ministerios. Éstos pueden ser estables, temporales y extraordinarios. La institución la hace el obispo. Se realizan dentro de celebraciones litúrgicas y con simples bendiciones. Ocupan un lugar importante la institución de lector, acólito y ministro extraordinario de la Eucaristía. Éstos están muy de actualidad. Son nombrados por el obispo y tienen carácter extraordinario y temporal. En cambio otros se confieren con una simple bendición. Hay que mencionar la institución de catequistas que está cobrando cada vez más importancia. El Directorio de los Sacramentos de la Iniciación Cristiana de nuestra diócesis de Pamplona-Tudela propone que se le considere un verdadero ministerio importante. A veces se realiza el nombramiento de catequistas, en muchos lugares, con gran solemnidad ante toda la comunidad.

Las Consagraciones se refieren tanto a las personas como a los objetos. Por medio del sacramental de la consagración se dedican a Dios de un modo permanente especialmente las personas. En este grupo entra el rito de la profesión religiosa, la consagración del orden de vírgenes, la bendición de abad y abadesa. El Concilio Vaticano II dispuso la renovación de estos ritos haciendo referencia a la iniciación cristiana, especialmente al bautismo y al misterio pascual. Algunos objetos y lugares se destinan al culto divino de modo estable. Decimos que quedan consagrados. Más adecuado es decir que han sido “dedicados” porque en realidad la consagración es para las personas. La dedicación de un templo o un altar es muy importante para las comunidades. El Código de Derecho Canónico recomienda la dedicación de las iglesias con rito solemne (c. 1217, &2), con altares fijos (c.1237, & 1) y con un rito solemne. Por regla general es el Obispo el que realiza las consagraciones y las dedicaciones.

En este capítulo se pueden citar LAS BENDICIONES del agua bautismal, los santos óleos, la consagración del crisma, variadas bendiciones de las personas, de las construcciones relacionadas con las actividades de los cristianos, los objetos litúrgicos…etc. (cf Bendicional).

El Exorcismo es un sacramental que consiste en bendiciones de invocación al Espíritu Santo para que libere del Demonio alguna persona esclavizada por él. Desde los orígenes del cristianismo la Iglesia lo ha practicado. Se contempla en la liturgia de la iniciación cristiana, en el catecumenado de adultos y en el bautismo de niños. También la Iglesia, a imitación de Cristo (Cf. Mc 1,25-26), y en su nombre, los realiza para fortalecer a los fieles que están en graves dificultades en la lucha contra el Maligno (Cf. 1 Pe 5, 8-9). Estos exorcismos los puede realizar sólo el sacerdote debidamente facultado y autorizado por el Obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. Y para ello ha promulgado y decretado un Ritual al respecto para que se cumpla bien dicho sacramental.

La disciplina a este respecto es muy estricta dadas las repercusiones que puede tener en varios campos. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoniaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia. Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica (Cf. CEC 1673). De ahí que el exorcista ha de valerse de los médicos psiquiatras antes de emprender una bendición de sanación, que es el exorcismo, para discernir si cabe una enfermedad o una presencia del Maligno. El sacerdote exorcista ha de ser piadoso, docto, prudente, con integridad de vida y una gran sensibilidad humana y comunión eclesial. La Congregación para la Doctrina y la Fe de Roma prepara y acompaña adecuadamente a los candidatos y a los que ya ejercen dicho ministerio de exorcistas.

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