Queridos diocesanos:
Hemos vivido la Semana Santa con la profunda convicción de que Jesucristo se ha puesto en nuestro lugar y ha demostrado el amor que nos tiene. Su amor y misericordia son infinitos. No debemos olvidar que somos deudores de tal Amor. Por ello nos toca renovar nuestro corazón con una conversión profunda. Donde haya odio, poner amor; donde haya guerra, poner paz; donde haya desesperanza, poner ilusión en seguir luchando; donde haya sufrimiento, poner alivio divino; donde haya falta de Dios, poner la alegría de creer; donde haya falta de sentido en la vida, poner la mirada en el Cielo; donde haya falta de unidad, mostrar la fraternidad que nos une… y todo porque Cristo ha Resucitado y hemos de poner la mirada en Él.
Agradezco a todos y especialmente a los sacerdotes, diáconos, seminaristas, comunidades parroquiales, miembros de la vida consagrada activa y vida contemplativa, movimientos apostólicos, nuevas comunidades eclesiales, prelatura del Opus Dei, Hermandades y Cofradías, a cada uno de vosotros fieles cristianos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que habéis trabajado para que la Semana Santa fuera un espectáculo maravilloso del amor de Dios. ¡Cuántos momentos de encuentro con Cristo Misericordioso en el sacramento de la Confesión personal! ¡Cuántos momentos de recogimiento y oración en los actos litúrgicos! ¡Cuántas manifestaciones y devociones a través de las representaciones de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor! ¡Qué momentos tan preciosos al lado de la Virgen Desolada y Dolorosa! ¡Qué procesiones silenciosas donde sólo se oía la elocuencia de un Amor Apasionado de Cristo Crucificado¡ ¡Qué momentos de encuentro con la Vida del Resucitado en la Vigilia Pascual con tantos adultos y niños que han recibido el sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y Primera Comunión! ¡Muchas gracias, queridos fieles cristianos-católicos! ¡Muchas gracias a los que, con buena voluntad, os habéis acercado con generosa solidaridad!
Ahora nos queda seguir caminando al compás de lo que hemos vivido estos días santos. Sigamos mostrando a nuestra sociedad que la restauración de la misma viene dada por el amor de un Dios que nos ha mostrado cómo hemos de vivir personalmente, familiarmente, socialmente y culturalmente. El deseo a todos de “¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!” tanto en nombre del Obispo Auxiliar como el mío.

Comparte este texto en las redes sociales
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad