El domingo 8 de noviembre celebramos el Día de la Iglesia Diocesana con un mensaje integrador: “Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo. Con tu tiempo, tus cualidades, tu apoyo económico y tu oración #SomosIglesia24Siete”. Se trata de una jornada que nos ayuda, sobre todo, a tomar conciencia de nuestra pertenencia a la gran familia de la Iglesia. Sólo podemos formar una gran familia contigo conscientes de nuestra presencia y pertenencia a la comunidad diocesana en el día a día de nuestro peregrinar cristiano.

Nuestra Diócesis de Pamplona y Tudela debe verse y sentirse como una gran familia en la que nadie sobra y todos somos necesarios, viviendo como comunidad de fe, esperanza y caridad. Hacer de la diócesis una familia significa favorecer la participación de todos. En esta edificación todos somos necesarios y nadie es imprescindible. Colaboramos para hacer de nuestra Diócesis una Iglesia vigorosa en la fe por la escucha de la Palabra de Dios, la oración y la participación en el Sacramento de la Penitencia, en la Eucaristía dominical; una Iglesia que transmita la fe a los niños, adolescentes y jóvenes; una Iglesia con abundantes vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada; una Iglesia acogedora de los inmigrantes, hospitalaria con los que no tienen hogar, cercana a los pobres y marginados.

Para ello, la Iglesia necesita tus dones y capacidades, tu oración y tu colaboración económica. Sin todo ello, nuestra Diócesis y nuestras parroquias no podrían desarrollar gran parte de la labor que ofrecen a todos: caritativa y social, catequética y formativa, celebrativa… Sintamos a Jesucristo, protagonista de nuestras comunidades, que está en medio de nosotros: “Pues donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20).

Nuestra sociedad es actualmente, con mucha frecuencia, inhóspita para los cristianos; nos hallamos como en un ambiente extraño y casi hostil. En esta situación comprendemos y apreciamos mejor el don de la fraternidad cristiana y la familia de la fe. Y por ello las palabras del Papa Francisco: “Quien cree nunca está solo”, nos señalan un quehacer muy actual en la construcción de cada comunidad. Hemos venido a la fe por medio de otros, vivimos la fe en familia, estamos llamados a transmitir a otros la fe y acompañarlos en su crecimiento y maduración. Los cristianos debemos estar atentos para acercarnos a las personas cuando sufren no sólo por motivos de enfermedad y otros problemas familias o sociales, sino también porque padecen crisis, incertidumbres y oscuridad en la fe.

Cuidemos, pues, este ser «familia» de nuestra Iglesia diocesana en Navarra, aportando ante todo esa gran riqueza –aunque esté escondida– que es nuestra persona, nuestro corazón y nuestras manos. Y estemos siempre seguros de que el Padre, que es bueno, sabrá colmar de bienes a sus hijos. Os animo vivamente a que colaboréis para que nuestra Iglesia de Pamplona y Tudela pueda cumplir fielmente su misión de hacer presente el amor de Dios a todos los hombres y mujeres.

Gracias, de corazón, por vuestra entrega personal en los múltiples servicios de la Iglesia, por vuestra oración y por vuestra generosa contribución económica.

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