DIÁCONOS PERMANENTES

Homilía pronunciada pro el Arzobispo don Florencio Roselló, el pasado 28 de septiembre, en la capilla del Seminario de Pamplona, con motivo de la admisión al Diaconado Permanente de Eloy, Iván y Beñat.

 

Queridos sacerdotes, queridos candidatos al diaconado permanente Eloy, Iván, Beñat y familias.

Nos habéis reunido esta tarde aquí para que os acompañemos en un paso muy importante en vuestra vida y en el de vuestras familias. Vais a ser admitidos en el camino hacia el diaconado permanente. Nos alegramos con vosotros y por vosotros, por eso compartimos vuestra alegría.

He hablado con los tres, con Iván, Eloy y Beñat. Os he visto convencidos, ilusionados y animados a dar este paso importante para vosotros, pero también para la diócesis. Es el comienzo de un compromiso de servicio. Os queréis consagrar a Dios para servir en nuestra diócesis de Pamplona y Tudela.

Como en la primera lectura que hemos escuchado, pedimos a Dios su Espíritu y que se derrame sobre cada uno de vosotros. Hemos visto cómo Moisés hace que el Espíritu se pose sobre los setenta ancianos, que no eran por la edad, sino se les llama ancianos por experiencia. Y vemos que una vez han recibido su Espíritu se ponen a profetizar. Eso quiero que hagáis vosotros, profetizar y anunciar el evangelio. Para eso lleváis tiempo preparándoos, para ser testigos de Dios con vuestra vida y con vuestra palabra. Os preparáis e iniciáis un camino para ser animadores de la comunidad, animadores y servidores en la diócesis, y para eso estáis preparándoos, para ser anunciadores del mensaje del evangelio. Como los ancianos de la primera lectura.

Santiago, en la segunda lectura, nos presenta un estilo de vida que pasa por tener una relación con las riquezas justa y equilibrada. En aquella época la manera de enriquecerse era robando a los trabajadores, acumulando riquezas, y luego viviendo en el lujo y olvidándose de los pobres. Vivir así es olvidar la generosidad, la solidaridad y la justicia. La riqueza nunca puede estar por encima de las personas, y menos si esa riqueza es a consecuencia de abusar y robar a los pobres. Las riquezas siempre deben de estar al servicio de los pobres. Vuestro ministerio será honrado, generoso y transparente.

El evangelio sigue completando ese estilo de vida que Jesús quiere para sus discípulos, sean laicos, diáconos, sacerdotes, religiosos. Nos previene contra la exclusividad. Los discípulos se enfadan porque hay uno que, según ellos, “no es de los nuestros”, pero habla en nombre de Jesús. Él les dice que si habla en su nombre es de los nuestros, es decir, que no tienen la exclusividad los discípulos. El Papa Francisco insistió el pasado año 2023, en la JMJ de Portugal, que en la Iglesia cabían “todos, todos, todos”. Y si habla en nombre de Jesús y su vida merece la pena, es de Jesús. Porque la vida del cristiano se valora hasta en los pequeños detalles, como dar un vaso de agua. Es la vida lo que convence, la que muestra el estilo del evangelio.

Pero también Jesús avisa del escándalo. Hace mucho hincapié en las situaciones que han producido escándalo. En esto es muy duro. Cuando habla de los miembros del cuerpo (mano, pie, ojo…), se está refiriendo a actitudes o costumbres de nuestra vida. Si este estilo de vida te hace caer, cámbialo, si te hace pecar, corrígelo.  Es el escándalo es de las actitudes que ha condenado Jesús. Como castigo merece “que le aten una piedra al cuello y lo tiren al mar.

La vida del diácono, es el servicio, es la entrega, es la generosidad, y especialmente a los pobres. Hoy os voy a admitir al camino hacia el diaconado, para que os vayáis preparando para servir, para estar disponibles, en la ayuda del altar, pero también en la cercanía de los pobres, de los necesitados de nuestra diócesis. Servir a los pobres es servir al mismo Cristo pobre y sufriente.

Hoy comenzáis un camino, un tiempo especial. La Iglesia os admite para que iniciéis este trayecto que desembocará en el diaconado permanente. Es un camino apasionante, ilusionante. Lleváis mucho tiempo esperando el sí para iniciar el camino, ese momento comienza hoy. Os decimos que sí, que os vemos idóneos para comenzar este camino que pasará primero por el ministerio de lectores y acólitos y terminará en el diaconado permanente.

Vosotros decís que sí, y los informes de vuestros formadores dicen también que sí, os ven idóneos para que un día os convirtáis en diáconos permanentes. Hay ya tres que os han precedido, con vosotros seréis seis, cuando llegue el momento. Tengo especial ilusión en vuestro caminar, pues cuando llegue el momento seréis los primeros diáconos permanentes que ordene.

A las familias os digo también sí, porque vosotros/as también sois de este proyecto. Y os digo también gracias por acompañar a vuestros esposos y familiares en este SI. Este camino lo hacéis en familia, todas y todos estáis implicados. El Espíritu de Dios se ha derramado en las tres familias para ser testigos de vuestra consagración de diáconos permanentes.

Felicidades, que Dios os bendiga.

 

+ Florencio Roselló Avellanas O. de M.

Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

Comparte este texto en las redes sociales
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad