Inauguración del nuevo curso del CSET y del ISCR

APERTURA DE CURSO

Homilía pronunciada por el Arzobispo don Florencio Roselló, el pasado 30 de septiembre, en la capilla del Seminario de Pamplona, con motivo de la apertura del nuevo curso académico del CSET y del ISCR

 

Queridos profesores, seminaristas, miembros todos de la comunidad académica.

Durante el curso nos reunimos delante de una mesa de estudio. Hoy lo hacemos en torno a la mesa del altar para pedir su Espíritu, para que nos ilumine, y nos dé fortaleza en el comienzo de este nuevo curso. Lo hacemos justo a tres meses de comenzar el Jubileo de la esperanza al que nos ha convocado el Papa Francisco. Invocamos al Espíritu para que nos asista durante este curso que comenzamos. Quiero que sea un año de esperanza, de ilusión.

Queridos profesores formáis candidatos para la Iglesia. Esto supone formar y transmitir contenidos teniendo en cuenta nuestra sociedad y nuestra Iglesia en medio de ella. En las aulas también formáis personas que luego serán sacerdotes o que llevarán el evangelio a las personas que nos rodean.

Miremos a nuestra iglesia. Ella, sin perder su esencia, también va cambiando, porque la sociedad cambia. La forma de transmisión de la fe también. Hoy esa transmisión de la fe no es la misma que en el año 2000, el año del gran Jubileo. Hoy las necesidades son otras, y, por lo tanto, se esperan otro tipo de respuestas, y también otro tipo de formación. Estamos en el comienzo del curso del CESET. Imagino a todos los profesores con programaciones y objetivos. Pero, ¿nos hemos preguntado qué necesita hoy nuestra sociedad? ¿nos hemos preguntado cómo debemos presentar hoy el evangelio en nuestras parroquias, movimientos y grupos?, se habla mucho de primer anuncio, pero ¿cómo anunciamos hoy el amor de Dios, su muerte y resurrección? ¿Qué demandas hace la sociedad a nuestra Iglesia en la actualidad? No podemos vivir de espaldas a la sociedad. Somos formadores de los responsables de la iglesia del futuro. De nosotros también depende el futuro de nuestra iglesia diocesana. Según cómo formemos a nuestros alumnos, así será la Iglesia del futuro en Navarra, en nuestra diócesis. Programemos con un ojo en el papel y con el otro en la sociedad y en nuestra iglesia diocesana.

Permitidme que me dirija ahora a los alumnos, os animo a ser responsables en vuestros estudios. La primera responsabilidad que tenéis en esta época es la formación, vuestra formación humana, espiritual, académica y pastoral. Hoy celebramos la fiesta de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, que tradujo los textos al latín, y así vio la luz la Vulgata. Hoy en el oficio de lectura, la segunda lectura nos regala un comentario de San Jerónimo al libro del profeta Isaías, donde aparece una reflexión que puede ayudar a los alumnos del CESET  “el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”. La diócesis confiamos en vosotros, en vuestra responsabilidad ante los estudios. Ponemos a vuestra disposición todos los medios posibles: humanos, económicos, infraestructuras…. Pero esta formación no solo os afecta vosotros, también a la Iglesia diocesana. De vosotros dependerá cómo se transmita el evangelio y también cómo se viva en Navarra. No es solo una responsabilidad personal, es una responsabilidad subsidiaria de la diócesis también y que afecta a la comunión de nuestra iglesia diocesana.

San Miguel luchó en una gran batalla, y venció al dragón y a sus ángeles y fueron arrojados “del cielo para siempre”. Vosotros estáis llamados a encarar otra batalla, desde la filosofía, la teología, debéis prepararos para vencer al mal que acecha, al mal que nos distrae. Prepararse en este centro es formarse para librar la batalla que la sociedad nos presenta. Necesitamos prepararnos, porque el mal está ahí, y debemos responder ante él. Vosotros sois los nuevos San Miguel que miráis el mal de frente y le plantáis batalla. Estáis llamados a arrojar al mal con vuestra formación.

Queridos estudiantes, estáis llamados a ser “la victoria de nuestro Dios”. Sois la voz de Dios en nuestra iglesia, en nuestra sociedad, y para eso necesitamos que estéis preparados y formados. La iglesia necesita de vuestra preparación y vuestra formación, para que seáis capaces de vencer “por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron”. La victoria final vendrá tanto con la palabra, con vuestros estudios, como con vuestra vida, con vuestro testimonio. Con preparación y con vuestra vida seréis invencibles ante el mal, seréis los nuevos San Miguel que saldréis vencedores de la gran batalla.

Quiero compartir unas palabras del Papa Francisco a los seminaristas de Roma, el 24 de octubre de 2022. Destacó como muy importante en la vida de los seminaristas “la vida espiritual, el estudio, la vida comunitaria y la actividad apostólica…para llegar a ser sacerdotes cabales y responder a la vocación recibida, en la entrega total a Dios y a los hermanos, especialmente a los que más sufren”.

Es un año que además nos va a exigir a nivel vocacional. No todo depende de nosotros, necesitamos compromiso e implicación de más gente, de toda la diócesis, para que el tema vocacional vaya floreciendo. Nuestro centro de estudios depende también de los seminaristas que tengamos. En esta reforma que ha iniciado la Santa Sede sobre los seminarios, debemos dar una respuesta, porque afecta a nuestro centro de estudios. Es bueno que hablemos de este tema y lo pongamos encima de la mesa. Sino hay seminaristas tampoco podrá haber centro de estudios. Y todo el mundo queremos ver seminaristas en estas aulas y en los pasillos. Este año os pido a todos un esfuerzo añadido, y es trabajar por las vocaciones.

Queridos profesores, seminaristas, estudiantes y trabajadores del CESET. Como San Miguel miremos el año de frente, encaremos las situaciones que nos lleguen y pongamos nuestra lucha y nuestra esperanza en manos de Dios.

 

+ Florencio Roselló Avellanas O de M

Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

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