La Diócesis te espera, te necesita
El verano está quedando atrás. El tiempo de descanso termina. No sé si has podido tener vacaciones, o han sido unos días como el resto del año. De verdad deseo que hayas podido tener un tiempo diferente, llámale vacaciones o cambiar de ambiente y descansar «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.» (Mc. 6, 31). Es bueno, y hasta nos hace bien el hacer cosas diferentes al resto del año. El haber desconectado de la rutina, nos puede animar a comenzar el nuevo curso con más ilusión y esperanza.
Porque el tiempo sigue su curso, el reloj sigue marcando las horas y el calendario señalando los días. El final del verano nos ha traído hasta septiembre, con sabor a nuevo curso, con sabor a nuevo tiempo, con sabor a nueva programación y con sabor a nuevas expectativas y novedades.
La diócesis te espera, es más, la iglesia diocesana te necesita. En este nuevo tiempo varios son los retos que nuestra Iglesia debe afrontar. Y que quiero compartir con la diócesis y contigo, porque te necesito, cerca. Me gustaría contar contigo, me gustaría que caminases a mi lado.
Comienza el curso con el tiempo de la creación. El 1 de septiembre se reúnen los líderes de diferentes confesiones cristianas para analizar y reflexionar cómo es nuestra relación con la tierra, con el medio en el cual vivimos. Valorar y cuidar la creación como el mejor regalo que nos ha hecho el Dios creador. Porque como cita el Papa Francisco a Benedicto XVI cuando dice que “No es la ciencia la que redime al hombre. El hombre es redimido por el amor” (Spe Salvi, 26), el amor de Dios en Cristo, del que nada ni nadie puede separarnos jamás” (cf. Rm. 8, 38-39) (Papa Francisco. Jornada creación, 7). Y ese amor de Dios nos debe de llevar al amor por la creación, al cuidado del medio ambiente y a preservar el planeta.
Con el nuevo curso pastoral comienza también el reto de poner en funcionamiento el nuevo Consejo de Pastoral Diocesano constituido el pasado 15 de junio. Un reto que nos llevará a elaborar el plan de pastoral para nuestra diócesis. Un Consejo que llama a la participación de los laicos, a asumir responsabilidades. Un Consejo que quiere caminar de la mano con el Sínodo de la Iglesia, que celebrará la última fase en octubre en Roma.
Cada día está resonando con más fuerza el Jubileo de la Esperanza a celebrar el próximo año 2025. Con el título “Spes non confundit”, “la esperanza no defrauda”, el Papa Francisco hace un llamamiento a toda la Iglesia a ponernos en camino, y como nos dice el Papa “Encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiese ofrecerles felicidad. Que el Jubileo sea para todos, ocasión de reavivar la esperanza” (Spes non confundit, 1). Nuestra diócesis está llamada a peregrinar a las iglesias jubilares y también a la Ciudad Eterna a Roma, para vivir de manera plena la esperanza.
El tema vocacional, es una realidad que debe de cuestionar a toda la diócesis. Durante el verano he asistido en muchos pueblos a fiestas o devociones particulares, en muchos de ellos se me acercaban personas que me decían, “debe de enviar un cura aquí”, otro me decía “este pueblo necesita más atención, la gente deja de ir a misa”. A todos les contestaba, “lo siento, no hay más sacerdotes”. La necesidad vocacional, o mejor dicho, la urgencia vocacional debe de interpelar a la diócesis y trabajar para que niños y jóvenes de nuestras parroquias y grupos se planteen la vocación sacerdotal. Es un tema de todos y para todos. Y necesito que la diócesis me ayude y se comprometa.
Me gustaría terminar con un slogan que leí y escuché en una de las diócesis en que trabajé pastoralmente, “La Iglesia, casa de todos, cosa de todos”. Sí, también tuya, te espero, te necesito, cuento contigo.
+ Florencio Roselló Avellanas O. de M.
Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela