Bodas de plata para Francisco Javier Ahechu Zunzarren (“Txisko”)

TXISKONació en Huarte-Pamplona (3-12-1988). Después de realizar sus estudios en el Politécnico Salesiano entró en el Seminario de Pamplona  y fue ordenado sacerdote en su parroquia de Huarte-Pamplona (12.10.89). Ha pasado cumpliendo su ministerio sacerdotal por muchos lugares. Comenzó en San José Obrero de Orcoyen, después fue miembro del equipo de formadores del seminario como encargado del preseminario y de  las vocaciones. El servicio militar, como capellán en Zaragoza, interrumpió su presencia en la diócesis. Después fue enviado a la Universidad Salesiana de Roma para obtener la licenciatura en catequesis. Al volver, de nuevo se encargó de la Delegación de Pastoral Vocacional y profesor en el CSET, después Delegado de Catequesis, Delegado de Pastoral Juvenil y Universitaria. Mientras tanto realizó su ministerio en la Parroquia de San Juan Bosco de la que actualmente es párroco. La ficha de su currículum ocupa muchas líneas llenas de manera sobresaliente por su dedicación a la juventud y a la catequesis.

Txisko, tú siempre estás jovial. Veo en tu currículum la presencia de D. Bosco, el santo alegre de los jóvenes. Polítécnico Salesiano de Pamplona, Universidad Salesiana de Roma, parroquia de San Juan Bosco… ¿Eso te ha marcado? Sin duda, y para bien. El carisma de D. Bosco encaja bien en todas partes y ha señalado mi destino.

¿Cuándo pensaste ser sacerdote? Cuando estudiaba en los salesianos participaba con mis padres en una comunidad neocatecumenal en la parroquia. Allí fue naciendo la vocación. Al terminar los estudios de artesanía me acerqué al seminario.

¿Qué destacas de estos 25 años de vida sacerdotal? La catequesis y los jóvenes. En la parroquia siempre tenemos una dedicación especial a los jóvenes que van respondiendo bien. En la diócesis la Delegación de Catequesis es una responsabilidad de trascendental importancia. Hay que organizar todo para que la catequesis cumpla una misión que es primordial. Pero la formación, humana, espiritual y pedagógica de los catequistas es el mayor empeño. También nos lleva mucho esfuerzo animar los talleres pastorales de catequesis de los sacerdotes. Nos reunimos en las vicarías para ir tratando temas de pastoral catequística. Los sacerdotes estudian temas, intercambian opiniones y proponen acciones que nosotros secundamos.

¿Cómo te sientes hoy con plena vitalidad en tus 25 años de ministerio sacerdotal? Sólo sale de mi corazón una expresión: por pura gracia. Recorro con la memoria estos años y pienso que nada es mérito mío. Todo gracia de Dios.  Yo sólo he intentado hacer lo mejor posible lo que Dios quiere.

Pues hoy que das gracias a Dios, también Él te quiere decir gracias por medio de la comunidad diocesana.

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