La historia más bella jamás contada

Bajo este lema tuvo lugar este pasado fin de semana un nuevo encuentro de «Dos o más». Un encuentro en donde se intentó profundizar en la importancia de la Palabra-la Biblia para la vida de un cristiano. La salida fue en la localidad alavesa de Murguía, en donde la nieve acabó siendo uno de los protagonistas de estos tres ­días. Aunque los verdaderos protagonistas fueron el medio centenar de jóvenes de Pamplona, Zizur, Orcoyen, Berriozar, Tudela y Cortes, que participaron en esta actividad que organiza la Delegación Diocesana de Enseñanza y la Asociación Juvenil «Dos o Más», junto con un nutrido grupo de profesores de religión y monitores.

El grupo llegó el viernes 30 de enero y, tras instalarse en la casa de convivencias de Murguía, se realizaron diversos juegos de presentación. Después de cenar se proyectó un video resumen de la salida anterior (octubre de 2014 en Javier). Tras ver el vídeo hubo más juegos y, tras volver a la calma, se hizo una breve oración y todos fueron a dormir. La jornada del sábado 31 continuó con una dinámica que profundizó en el lema del encuentro. Por la tarde hubo un momento muy entrañable, y es que todo el grupo acudió a la residencia de ancianos de las Hijas de la Caridad de Murguía. Aquí compartieron con ellos varios cantos populares y un rato para charlar. Todos se mostraron muy contentos de esta visita, tanto los residentes como los jóvenes de «Dos o más». El día terminó con una velada por grupos, en donde todos mostraron sus habilidades tanto musicales como interpretativas mediante una serie de juegos.
El domingo 1 de febrero y, después del desayuno, se preparó con detalle la Eucaristía. Para ello se les explicó el método de oración y lectura de la Palabra de la «Lectio Divina». Después de la Eucaristía se realizó un «lipdub». A ritmo de la música se grabó un vídeo a modo de plano-secuencia. Todos los jóvenes se disfrazaron y aparecieron de tal modo delante de la cámara a ritmo de samba (el vídeo se puede ver en la web www.dosomas.net). Ya sólo quedaba recoger, comer, y, antes de partir, se les regaló el «Evangelio para cada día». Todos volvieron a casa con la mochilla llena de nuevas amistadas y experiencias vividas.

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