Fiesta de San Juan Bosco en Sarriguren
Hace año y medio que los Salesianos se trasladaron de la calle Aralar a la periferia de Sarriguren. Emigraron a un terreno cuatro veces mayor, con unas instalaciones modernas preparadas para la educación de los jóvenes, especialmente en Formación Profesional.
La fiesta de San Juan Bosco, celebrada el pasado domingo 31 de enero, mostró, a pesar de la pandemia, que el trasplante es fructífero. Lo confirmó la afluencia abundante de fieles, respetando las normas de sanidad, a las Eucaristías.
“Don Bosco fue un profeta” afirmó el director de la Casa Salesiana, Ángel Miranda, siguiendo el mensaje de la liturgia dominical. Los Salesianos llaman «casas» a sus obras para expresar que son una familia. Recordó en la homilía cómo el Niño Soñador Juanito Bosco vio cómo el Señor le encargaba convertir a unos jóvenes violentos y maleducados en buenos ciudadanos y excelentes cristianos. Ante sus dudas e impotencia para conseguir esta transformación el Señor le dijo: “Yo te daré la Maestra”. María Auxiliadora le enseñó la pedagogía del corazón.
Sus varios sueños proféticos se cumplen ahora con la presencia de sus casas en 134 naciones. En la celebración se recordó a todos los difuntos, gracias a los cuales una pequeña planta que empezó el año 1927 (52 alumnos) se ha convertido en una obra extraordinaria.