Juan José Unzué: “La fe cristiana te da fuerza para ejercer la medicina.”

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra y especialista en Medicina Interna y Nefrología, el Dr. Unzué ha ejercido, primero como internista y posteriormente como nefrólogo en el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea desde el año 1979 hasta su jubilación en el 2013. Ha sido coordinador Autonómico de Donaciones y Trasplantes de Navarra desde 2005 hasta 2012, concejal del Ayuntamiento de Pamplona (2004-2007), vocal de médicos Jubilados en el Colegio de Médicos de Navarra (2017-2020) desde donde ha desplegado una intensa actividad en favor de la Profesión, y médico voluntario en Cruz Roja y en residencias de ancianos de Pamplona, entre las que se encuentra la Residencia Sacerdotal del Seminario o del Buen Pastor.
Hoy hablamos con el doctor Juan José Unzué, para que nos cuente cómo vivió esos momentos más duros de la pandemia, de dónde saca las fuerzas para seguir ejerciendo y nos haga un balance de sus años de trabajo y servicio a los demás.

Pese a estar jubilado, colabora voluntariamente en varias residencias sacerdotales, en las Hermanitas de los Pobres, etc ¿Cómo vivió la época de la pandemia?
Fue muy duro, al principio les expliqué en unas charlas a cerca de las pandemias en las diferentes residencias de ancianos y lo que creíamos que nos venía, pero me quedé muy corto. Pensaba que exageraba y fue lo contrario. Cuando la pandemia entró en las residencias arrasó y fueron varios los que fallecieron, no puedo olvidar a ninguna persona. Al final te queda un cuerpo alterado tanto física como psíquicamente, pero continuamos con ellos, con los que han podido resistir la pandemia y con los nuevos que han ingresado. Fue muy duro porque tenía miedo a contagiarme y poder contagiar a mi familia.

¿Qué le mueve a colaborar con la Iglesia?
Me mueve que soy creyente. Si puedes aportar algo a los sacerdotes, yo encantado. Ya nos conocemos ellos y yo y la satisfacción de poder hablar con ellos y solucionar sus necesidades físicas y psíquicas es enorme. La relación es buena con ellos y con el Arzobispado. En conjunto muy contento con ellos. Es una gran felicidad poder estar con ellos, ya que en el voluntariado el primer beneficiado es uno mismo.

Recientemente recibió el Premio al Mérito Profesional 2020, ¿Cómo acogió este reconocimiento?
Lo he recibido con emoción y con mucha ilusión. Siempre te queda en el tintero la pregunta de si otra persona no lo merecía más que yo. Es la pregunta que me hago, pero encuentro una gran recompensa en mi vida, quizás excesiva.

¿Puede aportar la fe cristiana algo al ejercicio de la medicina?
Sin lugar a dudas. Puede aportar y aporta mucho la fe cristiana, ya que te da una fuerza para ejercer la medicina, en el día a día, y también en los momentos más delicados. Yo muchas veces he pedido a Dios que me ayude y me ilumine en días delicados y en los momentos duros.

Después de toda una vida dedicada a la medicina, ¿Qué balance hace del ejercicio de su profesión?
Siempre te queda algo por realizar, por aprender, pero puedes continuar con la cooperación o voluntariado trabajando por los demás, por el prójimo. El balance es positivo, pero hay que exigirse más día a día.

¿Cuáles han sido los mejores y los peores momentos durante su vida como médico?
Han sido muchos los buenos y malos momentos. Hay algunos que te dejan huella, tanto en sentido positivo o con negativo, pero tienes que olvidar lo negativo y sumar lo positivo, porque el siguiente paciente llega y hay que olvidar pronto lo malo o al menos intentarlo. En cuanto a momentos buenos es impresionante cuando le dices a un paciente que una familia ha donado un órgano de un familiar y que se lo vamos a trasplantar. Pero es muy duro solicitarle a una familia donante, que ha perdido a un familiar, un órgano. Es el peor momento, pero es cuando tenemos que solicitarlo, ya que el tiempo es oro. En nuestra vida hemos tenido situaciones buenas y malas en abundancia, pero te quedas con las buenas .Teníamos un profesor que nos decía: cuando uno sale del hospital deja la bata en el hospital y en ella también deja los problemas. Es fácil decirlo, peto difícil ejecutarlo…

 

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