El 22 de octubre serán beatificados cinco mártires navarros

Nuestra Diócesis contará pronto con cinco nuevos beatos. Será el próximo 22 de octubre de 2022 cuando serán beatificados en la Catedral de la Almudena de Madrid, un grupo de 12 religiosos Redentoristas, cinco de ellos nacidos en Navarra. Todos ellos son mártires de la persecución religiosa contra la Iglesia católica en España durante los años 1931 a 1939. Su número se agrega a la larga lista de mártires navarros del siglo XX ya beatificados, más de un centenar. El último beatificado había sido el sacerdote Faustino Villanueva e año pasado, natural de Yesa, martirizado en Guatemala en 1980.
Los próximos beatos pertenecían a dos comunidades de los padres Redentoristas en Madrid: la de San Miguel (sede entonces de la Nunciatura), donde hubo cuatro mártires, dos de ellos navarros: los sacerdotes Crescencio Ortiz Blanco, natural de Funes, y Ángel Martínez Miquélez, natural de Pamplona; y la comunidad de la Pª del Perpetuo Socorro, donde hubo ocho mártires, tres navarros, todos ellos hermanos: José Erviti Insausti, natural de Echalecu, Aniceto Lizasoain, natural de Irañeta, y Gregorio Zugasti Fernández, natural de Murillo de Yerri. También va a ser beatificado el P. Donato Jiménez, natural de Valladolid pero que pasó 15 años en Pamplona, como rector de la comunidad de San Ignacio, y constructor de la actual iglesia donde se ubica la Adoración Perpetua.
Los próximos beatos habían nacido en familias profundamente católicas. Sintieron la vocación religiosa a diferentes edades, entre los 12 y los 24 años. Dos eran sacerdotes, dedicados fundamentalmente a la predicación de misiones populares. El P. Ortiz dio más de 200 misiones. El P. Ángel Martínez Miquélez, martirizado a los 29 años, era secretario del Provincial. Los otros tres eran hermanos, que sirvieron a la congregación de diferentes modos: Zugasti en la administración de la editorial del Perpetuo Socorro; Erviti, vascoparlante con dificultades para expresarse en castellano, trabajó como pastor del ganado (su anterior oficio) y como cocinero. Aniceto Lizasoain no pudo ordenarse sacerdote a causa de una debilidad en la cabeza y ejerció todo tipo de servicios. Su hermano de sangre, Lorenzo, religioso Marista, ya fue beatificado en 2013.
Los cinco alcanzaron el martirio en Madrid, durante las primeras semanas de la guerra civil. Su único delito fue el de ser religiosos. Por ello, nada más comenzar la guerra tuvieron que huir de sus respectivos conventos, siendo acogidos por familias devotas, hasta que fueron localizados por grupos de milicianos y martirizados. En el caso del Hno. Zuasti, ya había dicho al ingresar como religioso en 1906, con 20 años, que una de sus mayores glorias sería la de morir mártir. De hecho, podría haber evitado el martirio, pero prefirió permanecer al lado de otro hermano anciano, Nicesio Pérez, que también será beatificado, para ayudarle hasta el final. Un verdadero héroe de la caridad.
Varios de estos mártires cuentan con familiares directos en Navarra, que están organizando el viaje para asistir a los actos previstos para la beatificación en Madrid. ❏

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