Encuentro Misionero de Verano en Javier
Organizado por la Delegación de Misiones, el pasado 23 de julio, tuvo lugar en Javier el encuentro misionero de verano, en el que participaron numerosos misioneros, unos retornados a la Diócesis y otros que se encontraban en Navarra disfrutando de unos días de vacaciones junto a sus familias.
Fue un día de fraternidad y convivencia, oración agradecida y celebración en la Misa y en la Mesa, en la que se contó con la presencia del Arzobispo don Florencio, del delegado de Misiones, Óscar Azcona, y de José Mª Calderón, director nacional de las Obras Misionales Pontificias.
El día comenzó con una oración de acogida, con la mirada puesta hacia el próximo Año Jubilar, que el Papa Francisco anunció para el año 2025, con el lema: “peregrinos de esperanza”. También se mencionó el mensaje de la Jornada del Domund 2024, en la que se nos recordaba que “Todos los bautizados estén dispuestos a salir de nuevo en misión, cada uno según la propia condición de vida, para iniciar un movimiento misionero, como en los albores del cristianismo.”
Posteriormente se celebró una mesa redonda en la que los misioneros Jesús Eugenio Jáuregui, Maite Oiartzun, Ramón Navarro y Concepción Ardanaz compartieron sus vivencias en diferentes partes del mundo y el origen de su vocación misionera. Durante la presentación de los ponentes Óscar Azcona agradeció la labor que, desde hace tantos años, desempeñan los misioneros navarros esparcidos por todo el mundo. El Arzobispo Florencio Roselló trasladó su admiración y respeto hacia los hombres y mujeres que, en nombre de Dios, han dedicado y dedican su vida a la misión. Y José Mª Calderón transmitió la ilusión que le hace volver a participar en el Encuentro Misionero de verano en Navarra y compartir un día tan especial con los misioneros navarros.
Acto seguido, tras una foto de familia en la explanada del castillo, Don Florencio Roselló presidió, en la basílica, la Eucaristía, donde manifestó su admiración y agradecimiento por quienes han dicho dos veces «sí» a Dios, en primer lugar un sí a su vocación, y en segundo lugar un sí a la misión ad gentes. «Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la Buena Nueva. Estos pies son los de los misioneros, quizás arrugados, cansados, encallecidos, pero bello por que anuncian el mensaje del amor de Dios”, afirmó.
El encuentro concluyó con una comida fraterna, que fue momento de compartir vida, alegría y espíritu misionero. Un año más el encuentro se hizo corto y los misioneros agradecieron un hermoso día donde, como no podía ser de otra manera, ellos fueron los protagonistas.