El arzobispo de Pamplona recuerda que “también en la cárcel la esperanza es posible”

pastoral penitenciaria

Monseñor Florencio Roselló, en el centro, junto a Pedro Fernández Alejo, OSST (Trinitarios), coordinador del Área Religiosa de Pastoral Penitenciaria de la CEE, a su izquierda; y José Antonio García Quintana, S.J (Jesuitas), director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE, a su derecha, durante la inauguración de las jornadas.

Monseñor Roselló inaugura las XXXV Jornadas de Pastoral Penitenciaria, celebradas en Madrid entre el 15 y el 17 de octubre

El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Monseñor Florencio Roselló, inauguró las XXXV Jornadas de Pastoral Penitenciaria, que se están celebrando en Madrid entre el 15 y el 17 de octubre organizadas por el Departamento de Pastoral Penitenciaria, que pertenece a la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social.

El lema de la jornada es “La cárcel, un jubileo de esperanza” y, en ese sentido, el arzobispo Roselló subrayó que “también en las cárceles la esperanza, que no defrauda, es posible”. El objetivo de estas jornadas es, justamente, estudiar y reflexionar cómo llevar la esperanza a un mundo como el de la cárcel. Por parte de la archidiócesis de Pamplona y Tudela participan también la delegada de Pastoral Penitenciaria, María Jesús Irigoyen, y los capellanes Antonio López y Fernando Aranaz.

A lo largo de estos tres días que se prolongan las jornadas, han intervenido el director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado, Francisco J. Romero; el sacerdote de la Pastoral Penitenciaria de la diócesis de Mallorca, Jaume Alemany; o la responsable nacional de programas de personas privadas de libertad, María Carmen Nieto, del equipo de inclusión de Cáritas Española, entre otros ponentes.

Una larga trayectoria

Monseñor Florencio Roselló es sacerdote mercedario y fue director del departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española desde 2015 hasta enero de 2024. Lidera una red de más de 160 capellanes y cerca de 2500 voluntarios que tiene presencia en todas las prisiones españolas. El arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela ha ejercido durante más de treinta años como capellán de prisiones. Hace un mes su trayectoria fue reconocida con la Medalla de Plata al Mérito Social Penitenciario, distinción que recibió el día de la Virgen de la Merced, de manos del director del centro penitenciario de Pamplona, Jonatan García.

 

 

 

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