El pasado 3 de enero, tuvo lugar en la Catedral de Santa María de Tudela la celebración del Dulce Nombre de Jesús, presidida por Mons. Francisco Pérez y concelebrada por el vicario general, Juan Aznárez, el arcipreste de Tudela, Bibiano Esparza, el deán de la Catedral de Tudela, Jesús Zardoya y el sacerdote jesuita Florentino Zubiaurre.
Durante la procesión de entrada, desde la sacristía hasta el altar, Mons. Francisco Pérez saludó, con especial cariño, a los niños presentes, acompañados por sus familias. Al comienzo de la Eucaristía, Jesús Zardoya dirigió unas palabras de saludo a don Francisco y al gran número de fieles presentes en la celebración.
Durante la homilía, don Francisco recordó que durante ese segundo domingo de la Navidad se celebraba la fiesta del Dulce Nombre de Jesús, felicitando a todos los que así se llamaban, de modo especial al deán Jesús Zardoya. Mons. Francisco Pérez centró el mensaje de su homilía en la confianza y la esperanza que todos los creyentes deben depositar en el Señor, especialmente en el tiempo de Navidad, donde “el Niño Jesús se hace pobre y humilde naciendo en un sencillo pesebre”. Además, don Francisco narró una emotiva experiencia de una persona que atravesando una difícil situación familiar y personal se dirigió a él y encontró alivio, esperanza y sentido en sus palabras: “No te preocupes, déjamelo a mí”. “Cristo siempre vela por todos sus hijos y nuestras preocupaciones o dificultades, por duras y difíciles que nos parezcan. Debemos dejarlas en manos del Señor, confiando en su misericordia”.
A las doce del mediodía se rezó el Ángelus y finalizada la Eucaristía, don Francisco felicitó el nuevo año a todos los allí presentes y tomó la figura del Niños Jesús para darla a besar.