Vigilia de oración por la vida
El pasado día 24 de marzo a las 19:00 h. tuvo lugar la Vigilia por la vida que se celebró en la parroquia de San Pedro, ubicada en la localidad de Mutilva Baja. Tras media hora de oración ante el Santísimo Sacramento del altar se celebró la Santa Misa presidida por Mons. Francisco Pérez.
El pasado día 24 de marzo, en vísperas de la Anunciación, un centenar de fieles se congregó en la parroquia de San Pedro, en la localidad de Mutilva Baja, para rezar por la vida. Esta Vigilia de adoración eucarística estuvo también impregnada con un tono reparador, debido a la terrible noticia de la apertura de un abortorio en Ansoain. En la Vigilia se pidió por la vida y para que ni en nuestra tierra ni en ningún lugar del mundo se realice el terrible crimen del aborto.
A las 19:00 h., un padre de familia salió al ambón del altar mayor y habló sobre el motivo de la Vigilia y el derecho del niño a vivir. Benedicto XVI nos recuerda que «La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando «hasta el extremo», «hasta el total cumplimiento» (…). Si estamos en relación con Aquel que no muere, que es la Vida misma y el Amor mismo, entonces estamos en la vida. Entonces «vivimos». La Jornada por la vida de este año viene enmarcada con el lema «Siempre hay una razón para vivir». En su intervención argumentó que «Esta razón para vivir que radica en el Corazón de Cristo, la queremos pedir para todos los hombres, especialmente para los que sufren. Muy especialmente este año la pedimos para todos los jóvenes que vendrán a la Jornada Mundial de la Juventud. Le pedimos a Cristo vivo en la Eucaristía que se encuentren con Él y así encuentren ese sentido a su Vida y colaboren ya para siempre con la Cultura de la Vida.”
A continuación, se expuso el Santísimo Sacramento y hubo media hora de adoración. La oración fue acompañada por dos testimonios, protagonizados por un matrimonio y un joven.
En primer lugar, el matrimonio dijo que: «Queremos agradecerle el don de la vida, el de nuestras vidas y el de la vida que ahora se gesta en nuestras entrañas. Estamos en estado de buena esperanza que queremos vivirlo así como María, dar a Luz, naturalmente y a la vez transmitir la Luz que es Cristo». Tras una breve pausa salió J. Indart al altar, un joven voluntario en la Jornada Mundial de la Juventud, donde animó a todos los presentes en la Vigilia a participar en las Jornadas y a rezar por los frutos de este viaje apostólico de Benedicto XVI a Madrid. Indart dijo que «Me siento llamado por el Señor, aquí presente a colaborar con su Iglesia en la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud. Quería pediros que desde ya recéis por los frutos de esta JMJ. Los que tenéis niños pequeños en casa, o los que tenéis enfermos decidles que encomienden los frutos. Los jóvenes necesitamos mucho encontrar un sentido a nuestra vida. Necesitamos encontrarnos con Cristo que es la Vida del Mundo y ordenar nuestra vida con respecto a Él».
Durante la oración, hubo diversas canciones que acompañaron la Vigilia y en su mayoría cantados por niños. Para finalizar, se realizó la oración por la vida que dice así:
«Oh María, a Ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida.
(De la Encíclica Evangelium vitae. Juan Pablo II)».
Tras la bendición con el Santísimo Sacramento, se hizo la Reserva y comenzó la Eucaristía presidida por Mons. Francisco Pérez. La Santa Misa fue concelebrada, entre otros, por el Delegado de Familia, Santiago Arellano Librada, y el Vicario de la parroquia de San Pedro, Santiago Garísoain. Además, el párroco de San Pedro, Jesús María Arbuniés estuvo en el confesionario durante toda la Vigilia.
En la homilía, D. Francisco fue muy claro y habló sobre la falta de fe en nuestra sociedad actual y sobre la gravedad del aborto.
El Sr. Arzobispo tuvo fuertes palabras contra los legisladores que legislan en contra de la vida y favorecen la muerte del no nacido. Además, expresó su más íntimo dolor por las madres que continuamente son engañadas y manipuladas por esta sociedad secularista y relativista.
Por otro lado, don Francisco se sobrecogió al contar un testimonio personal acerca de una mujer que había tenido dos abortos. Emocionado, la chica preguntó al Sr. Arzobispo ¿llegaré un día a ser feliz? Tras la imposición de las manos y el perdón de Dios,
El señor Arzobispo, Mons. Francisco Pérez, le dijo que el Señor le daría las fuerzas para seguir adelante y para llegar a esa felicidad que sólo la puede dar Jesucristo, a través de los sacramentos.
Concentración contra el aborto.
Al día siguiente, el 25 de marzo, cientos de personas se concentraron en el Paseo Sarasate de Pamplona para pedir al Gobierno que legisle a favor de la vida. La concentración tuvo lugar a las 19:40 h. y duró hasta las 20:20 h. En primer lugar, se colocó una pancarta que decía «Sí a la vida» en el monumento a los fueros de Navarra, al comienzo del paseo Sarasate. A continuación, hubo diversos testimonios que sobrecogieron al público presente.
Para finalizar, hubo un minuto de silencio y seguidamente se leyó el manifiesto por la vida realizado por la Coordinadora por la Vida.
Paralelamente, tanto en la madrileña Plaza de Cibeles como en otras 70 ciudades españolas, cientos de miles de personas participaron en las distintas manifestaciones y concentraciones a favor de la vida, convocadas por medio centenar de organizaciones civiles, en un gesto solidario contra la cultura de la muerte alimentada desde las posiciones laicistas del Gobierno, en esta jornada en la que se celebró en todo el Mundo el Día Internacional de la Vida
En Madrid, la manifestación a favor de la vida en la participaron, según los organizadores, en torno a 150.000 personas, partió, como estaba previsto, a las 12 desde la madrileña plaza de Cibeles para llegar por la calle de Alcalá hasta la Puerta del Sol, donde se leyó un manifiesto en el que se solicitaba la abolición de toda legislación permisiva del aborto y la exclusión en nuestra sociedad de cualquier forma de condescendencia con el terrorismo y el maltrato.