Misión en la parroquia de Mártires de Uganda de Pamplona
La comunidad parroquial Mártires de Uganda y los vecinos del barrio de la Milagrosa nos ofrecen un testimonio sobre su experiencia en la Misión 2010, como recurso añadido a la pastoral ordinaria.
Han pasado ya trece meses, de aquel 11 de Febrero de 2010, cuando el Consejo Pastoral de la Parroquia recibía la noticia a modo de invitación, -por parte de los Misioneros Redentoristas-, de vivir una Misión Parroquial, como recurso añadido a la pastoral ordinaria.
«¿Y qué es una Misión?» se cuestionaban los miembros de la comunidad, porque este concepto trasportaba a la memoria, experiencias y acontecimientos, no muy agradables del pasado. Una misión parroquial es un tiempo fuerte de evangelización extraordinaria, hacia dentro y hacia fuera. Tiempo que ha posibilitado que la comunidad parroquial, -ayudada por los misioneros-, se autoevaluara a sí misma, fortaleciendo la experiencia misionera y cristiana; conociera con realismo la acogida de la fe y de la Iglesia, por parte de los vecinos del barrio donde está encarnada; promoviera el nacimiento de nuevos grupos, y potenciara el nuevo proyecto pastoral de la comunidad.
Entre los objetivos y las realidades de esta acción misionera se encontraban:
– Provocar en los miembros de la comunidad parroquial un encuentro intenso con la Palabra de Dios para salir fortalecidos y renovados en su vida de fe.
– Detectar nuevos colaboradores, y hacer ver a cada uno de los miembros de la comunidad su puesto de responsabilidad y de servicio.
– Acercarse, salir al encuentro de los ausentes, separados, heridos… para ofrecer gratis el intercambio y diálogo desde el Evangelio.
– Iniciar nuevos grupos de compromiso en la fe, con la puesta en marcha de las Asambleas Familiares.
El proyecto concebido en forma de proceso, tuvo tres etapas bien definidas. La primera, llamada premisión, consistió en anunciar la Misión a toda la comunidad, comenzando por sus miembros más activos, a través de diversos encuentros. Concienciándolos de su responsabilidad en la tarea de la Evangelización. Se confeccionó la propaganda, se visitaron los hogares, se rezó por la misión, se actualizó el callejero con sus viviendas, se recibieron algunas catequesis, y se detectaron algunos agentes para la etapa misionera.
La segunda etapa, llamada Misión, duró 17 días, del jueves 11 al sábado 27 de Noviembre de 2010. Llegaron los misioneros y en los tres primeros días, de preparación inmediata, convocaron a los dueños de casas y animadores de asambleas, para tomar contacto con la realidad, asegurar el funcionamiento, y ultimar detalles, aclaraciones… Durante la Primera Semana, tuvieron lugar por las mañanas las eucaristías misioneras en el templo y la visita a los enfermos, y por las tardes, las Asambleas Familiares en las casas del barrio. A través de ellas, la parroquia sale al encuentro de las familias y discierne la realidad a la luz de la Palabra de Dios y de los pequeños grupos reunidos en casas particulares. Durante la Segunda Semana, tuvieron lugar por las mañanas la visita a los enfermos y, por las tardes, las celebraciones de la Palabra, con la predicación extraordinaria y la participación asamblearia.
Algunos acontecimientos quedarán para siempre en el corazón de varios miembros de la comunidad de Mártires. Como, por ejemplo, el encuentro del sábado 24 de Abril, en el Monasterio El Espino (Burgos); la experiencia de la buena acogida, en general, de los pamplonicas en las visitas a las casas del barrio de la Milagrosa; la celebración del Envío Misionero; lo vivido y compartido en las Asambleas Familiares, y algunas celebraciones como la Eucaristía de Asambleas, del Sábado 20 de Noviembre. Ojalá que la semilla de la Palabra, sembrada para el futuro, dé fruto en el tiempo, y que otras personas retomen el relevo generacional que necesita la comunidad cristiana de Mártires de Uganda.
La misión continúa en su última etapa llamada postmisión a través del acompañamiento de los misioneros que permanecen en ella, la continuidad de las Asambleas Familiares Cristianas, la revisión de su proyecto de pastoral y la promoción de una pastoral más misionera en todas sus estructuras. A continuación expongo algunas expresiones en boca de algunas personas, y que podrás leer más detenidamente en nuestra web parroquial, en el apartado Misión’ 2010.
Desde estas líneas, me toca agradecer, y quisiera hacerlo a todos los que hicieron posible que viviéramos en común, esta experiencia misionera, en Mártires de Uganda. Que el Señor os bendiga a todos. Muchas gracias.
Raúl Valencia Gil, misionero redentorista, y párroco de los Santos Mártires de Uganda, en Pamplona.
Testimonios:
«Hemos descubierto varios pisos vacíos, y algunas personas de paso en el momento de la visita. Valoramos como positiva el haber tenido esta experiencia, por lo que supone de conocimiento de la realidad del Barrio, por la relación y la cercanía que hayamos podido tener con algunas familias». Cróti Trapero.
«Las Asambleas Familiares nos han parecido constructivas, fraternales, familiares, unificadoras, enriquecedoras, bellas, satisfactorias. Concluimos, diciendo que han sido una experiencia nueva, positiva; una sorpresa positiva» Asamblea n. 8.
«Aunque la acogida ha sido buena, en general, la respuesta de muchos ha sido la no disponibilidad para acudir a las reuniones de casas y celebraciones» Mª Dolores Berasategui.
«La misión debe ser un revulsivo. Los que hemos apostado por la parroquia debemos estar convencidos de ello. Como decía un sabio, nos va mucho en ello, y hay que hacerlo con amor, convicción, y dejar que el Espíritu de Dios nos acompañe en esta tarea». Josefina Martínez.
«Las asambleas familiares han sido muy buenas. Son la vivencia de la Iglesia fuera del templo. Una oportunidad de compartir la fe y de enriquecernos mutuamente. La ayuda humana y espiritual que nos hemos brindado. Una gran riqueza por poder participar en la diversidad de culturas y diversidad de edades». Asamblea n. 13.
«De manera especial nos ha sorprendido la integración de los inmigrantes en la parroquia y su participación en todos los actos de la Misión. También se han visitado los enfermos, hemos tenido encuentros con los niños y nos hemos hecho presentes en la residencia que Cáritas posee para familias, donde hemos compartido distintas vivencias».Marisa Pascual.
«Lo que más nos ha gustado de la Misión ha sido el conocimiento mutuo. Compartir. Ha sido una escuela de aprendizaje mutuo. Hemos vivido muy buen ambiente; hemos estado todos muy a gusto y contentos». Asamblea n. 3