Cuarto centenario del voto de la ciudad a San Saturnino

Entrevista a Ricardo Fernández Gracia, director de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro de la Universidad de Navarra, Doctor en Historia, director del Departamento de Historia del Arte de Universidad de Navarra y comisario de la exposición. A continuación, les ofrecemos los horarios de visita, por si estan interesados.

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“La exposición nos ayuda a conocer mejor la identidad propia de la ciudad de Pamplona”

Entrevista a Ricardo Fernández Gracia, director de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro de la Universidad de Navarra, Doctor en Historia, director del Departamento de Historia del Arte de Universidad de Navarra y comisario de la exposición.

Como Comisario de la Exposición ‘Pamplona y San Cernin 1611-2011. IV centenario del voto de la ciudad’, ¿Puede explicar la génesis de esta muestra y cuáles son los objetivos que se persiguen con el planteamiento de la exposición?

La exposición obedece al interés del Área de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Pamplona por conmemorar la efeméride del IV centenario del voto de la ciudad a San Saturnino. En su realización ha resultado de simpar importancia el apoyo recibido desde el Archivo Municipal de Pamplona y la Parroquia de San Saturnino, así como de numerosas instituciones civiles y religiosas y de coleccionistas particulares. Contando con una serie de piezas de inexcusable presencia, nos dispusimos a trabajar conjuntamente con la coordinadora municipal Arantza Zozaya y Fernando Cañada de la empresa Muraria, que ha corrido con la dirección técnica, diseño y montaje.

Las 75 piezas que se exhiben proceden de la Parroquia de San Saturnino, la Catedral, el Museo Diocesano y catedralicio, el Archivo Diocesano, el Archivo Real y General de Navarra, la Parroquia de San Lorenzo, la Biblioteca General de Navarra, la Biblioteca Central de los Padres Capuchinos y los Conventos de Carmelitas Descalzos, Agustinas de San Pedro, Agustinas Recoletas y Carmelitas Descalzas. Colecciones particulares de diferentes localidades, las Concepcionistas de Ágreda, la Parroquia de Artajona y el Monasterio de Tulebras.

En cuanto a los fines, desde el principio se planteó una muestra didáctica en torno a una serie de contextos que favoreciesen la difusión de la figura y de cuanto rodea al patrono de la ciudad, singularmente en el viejo burgo medieval y su parroquia, así como todo lo relativo a su celebración festiva, tanto desde el punto de vista oficial como popular.

En definitiva, siempre buscamos contextualizar el culto y el voto a San Saturnino con objetos, manuscritos, libros, piezas artísticas y distintos bienes culturales capaces de evocar una Pamplona tan distinta a la actual y a la vez con unas señas de identidad que han llegado a nuestros días.

¿Por qué razón los pamploneses deberían ver esta exposición?

Fundamentalmente para conocer el pasado de su ciudad en uno de sus aspectos de identidad propia. Dice un aforismo latino: Nihil volitum quin praecognitum, nada es querido si antes no es conocido. En aras al conocimiento y valoración del patrimonio histórico de la ciudad resulta de evidente interés una visita con detenimiento, con tiempo para contemplar las obras, sin prisas. Si el ciudadano puede acercarse a la muestra en una visita guiada, el provecho será, seguramente, mucho mayor.

En la exposición se pueden encontrar una serie de piezas que suscitan una reflexión y una lectura en clave cultural, a la vez que remiten al conocimiento e interpretación de hechos históricos, contextos espacio-temporales, festejos, devociones, costumbres, tradiciones desaparecidas, instituciones y personajes.

Si a eso unimos que se pueden contemplar piezas, que normalmente están en clausura o en los archivos de la ciudad, la oportunidad resulta realmente única y especial. Finalmente, para el quiera saber más, se ha editado un Catálogo de la muestra con unos textos introductorios y comentarios a todas las piezas, en el que han colaborado especialistas en los temas y las piezas que se exhiben, proceden de: la Universidad de Alcalá, Universidad del País Vasco, Universidad de Navarra, Universidad Pública de Navarra, Universidad de Zaragoza, UNED Centro Asociado de Pamplona, Real Academia de la Historia, Archivo Municipal de Pamplona y Biblioteca General de Navarra.

¿Qué obras destacaría de esta exposición como las más importantes, valiosas o significativas?

Desde el punto de vista artístico, el relicario gótico del santo del siglo XIV, la cruz parroquial del siglo XVI, o algunos lienzos de las Agustinas Recoletas y de las Agustinas de San Pedro de comienzos del siglo XVII, en el periodo en que San Saturnino fue declarado patrono de la ciudad, llaman poderosísimamente la atención. Si de representaciones artísticas de San Cernin se trata, destacan sobremanera la capa del siglo XVI con las escenas más importantes de su vida y las esculturas y pinturas barrocas, y si nos fijamos en la documentación, el llamado Códice de San Saturnino que recoge su historia y leyenda así como su oficio, es una pieza fundamental en todo lo referente al culto del santo.

Sin embargo, más que de piezas yo hablaría de los contextos: el primero en torno a la ciudad, el burgo y la parroquia como elemento aglutinador de su población; el segundo referente al santo, su iconografía, reliquias y hagiografía que recoge las versiones de su vida; el tercero en relación con su fiesta, la oficial y la popular y el cuarto que recrea la Pamplona de la época del voto, con singularísimas obras artísticas de aquel periodo.

La exposición celebra el IV centenario del voto de la ciudad. ¿Puede explicar por qué y de qué modo se decidió consagrar Pamplona a la protección de San Cernin en aquel momento? ¿Había devoción a San Cernin anteriormente en Pamplona?

El voto del Regimiento pamplonés de 1611, en el cercano contexto de los enfrentamientos entre javieristas y ferministas, tuvo como consecuencia la elevación de San Saturnino al rango de patrono de la ciudad, en un clarísimo gesto de marcar identidad. Como patrono aparecerá oficialmente en las fuentes escritas municipales y episcopales, apenas unas décadas más tarde, en 1626 y 1644, respectivamente. Un festejo oficial con un protocolo que, en lo esencial, se ha preservado hasta la actualidad, si bien se ha reducido en los últimos tiempos en lo que se refiere a la víspera y a los preliminares de la procesión del día de la fiesta.

Junto a la fiesta oficial en torno a unos cultos y ceremonias religiosas, la parroquia de San Cernin y su Obrería -especie de junta administrativa elegida entre los habitantes de los barrios del burgo- prepararon, a lo largo de los siglos pasados, unas diversiones lúdicas, fundamentalmente fuegos artificiales, músicas y bueyes y toros para correr la víspera y el día del santo en los alrededores de templo. Más tarde, en pleno siglo XIX, desde el Teatro Principal y otras entidades se festejaría con destacadas funciones teatrales o de zarzuela.

Visitas guiadas:

VISITAS GUIADAS A LA EXPOSICIÓN

Visitas de grupos

o De martes a viernes, a las 11 horas

o Del 30 de noviembre al 3 de marzo

o Reserva e inscripción previa en cualquier centro de la Red Civivox

Visitas generales

o Sábados, a las 11 horas

o Del 17 de diciembre al 3 de marzo

o Inscripciones a través del 010

HORARIOS DE VISITA LIBRE

o La muestra está abierta hasta 3 de marzo en el Palacio del Condestable.

o Horario: de martes a viernes, de 18 a 21 horas; sábados de 12 a 14 horas y de 18 a 21 horas y lunes y festivos cerrados.

o Entrada gratuita.

Respecto a la celebración, hay que señalar que está documentada desde tiempos medievales tanto en la catedral como en la parroquia, con sus correspondientes oficios litúrgicos. En pleno siglo XVI, en 1548, el mismo Papa dispensó de la vigilia del santo, lo que indica un festejo importante ya de víspera quizás imposible de perseverar en la observancia de la vigilia. Los libros de cuentas de la parroquia de San Saturnino nos transmiten costumbres desde el siglo XVI, hoy perdidas, en torno a su fiesta, toques especiales de campanas, hogueras por las calles, música desde las torres de la parroquia, reparto de dulces y vino y, por supuesto, bueyes ensogados tanto en el día de la víspera, como en el de la fiesta propiamente dicha. n

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