Los Reyes presidieron en Roncesvalles el acto conmemorativo del Año Jacobeo
Sus Majestades Los Reyes presidieron, el pasado 12 de julio, en la Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles, el acto conmemorativo del Año Jacobeo que, en esta ocasión, debido a la pandemia del COVID-19, excepcionalmente comprende los años 2021 y 2022.
Los actos comenzaron en el Alto de Ibañeta, junto a la ermita del Salvador, lugar desde el que los peregrinos medievales comenzaban a rezar al Santiago Apóstol. Tras el recibimiento de la Presidenta de Navarra, María Chivite, a Don Felipe y Doña Letizia, recorrieron a pie el tramo entre el Alto de Ibañeta y Roncesvalles. Una vez allí, se dirigieron a la capilla del Sancti Spiritus, donde recibieron una breve explicación sobre el conjunto de Roncesvalles y pudieron conocer los trabajos de arqueología que tienen lugar en ese espacio.
Ya en Roncesvalles se desplazaron hasta el monumento que conmemora la Batalla de Roncesvalles. Desde allí, SS.MM. fueron a la Casa Prioral, en donde firmaron en el Libro de Oro de Navarra. A continuación, se dirigieron hasta la iglesia de Santa María, templo principal de Roncesvalles, en cuyo pórtico han saludado al Arzobispo, Mons. Francisco González.
En el interior del templo, de estilo gótico francés, tuvo lugar el acto institucional conmemorativo del Año Jacobeo. El Arzobispo don Francisco abrió el acto con unas palabras de saludo a todos los presentes. Comenzó dando las gracias a Sus Majestades los Reyes por un doble motivo: “Por lo que supuso hace 18 años conocerles como Príncipes y siempre muy agradecido por su generosa cercanía de amistad y ahora por venir a visitar, de modo especial, la Colegiata de Roncesvalles al amparo de la Virgen que tantos peregrinos han visitado y acudido a ella como Señora del Comienzo del Camino a Santiago”. Además, explicó que “ante un momento histórico dónde a gritos se pide la paz, la concordia, la fraternidad y el respeto, es muy significativo este tiempo de Luz en medio de la noche”. “Un humanismo auténtico no se debe desgajar de la espiritualidad. Un humanismo verdadero cultiva el cuerpo, el alma y el espíritu”, recordó don Francisco. Y terminó pidiendo al Apóstol Santiago que “nos impulse a vivir el camino interior y a convertirnos para arrojar tantas adherencias perniciosas que dificultan el amor a Dios y el amor al prójimo”.
Tras las palabras de nuestro Arzobispo, tomó la palabra la Presidenta María Chivite, quien reconoció “el valor humano y patrimonial” del Camino de Santiago, “que trasciende fronteras y contribuye a proyectar España al mundo”. Tras ella intervinieron los diferentes presidentes de las comunidades autónomas del Camino: Alfonso Fernández Mañueco, de Castilla y León, Javier Lambán de Aragón, Concha Andreu de La Rioja, Miguel Ángel Revilla de Cantabria, y Alberto Núñez Feijoo de Galicia.
El acto concluyó con las palabras del Rey Felipe, quien puso de relieve el papel que juega el Camino de Santiago como “símbolo de fraternidad y un auténtico eje vertebrador de la conciencia europea” y “diálogo intercultural entre peregrinos y las poblaciones locales”. Don Felipe agradeció la celebración de “una tradición llena de significado”, como es la apertura del Año Jacobeo.
