El Arzobispo inicia el Sínodo en Navarra

Con una Misa, celebrada en la Catedral de Pamplona y presidida por el Arzobispo don Francisco, dio comienzo a la primera fase del Sínodo, en la que se invita a todos los bautizados a participar y a caminar juntos en los primeros pasos de una importante transformación en la Iglesia.

El domingo 10 de octubre, el Papa Francisco celebraba en Roma la Misa de apertura de la fase preparatoria del Sínodo de los Obispos. Dentro de dos años, en octubre de 2023, se celebrará la fase final en la asamblea de una representación de los obispos del mundo entero, donde se reflexionará sobre todo lo que el pueblo haya opinado durante esta primera fase.
Con la convocatoria de este nuevo Sínodo, que se anuncia con el lema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, el Papa invita a toda la Iglesia a interrogarse, precisamente, sobre la sinodalidad; es decir, sobre ese “caminar juntos”, que es lo que significa.
Una semana después, este pasado domingo 17 de octubre, las más de 750 diócesis del mundo abrieron la primera fase de este sínodo y, en Navarra, la celebración tuvo lugar en la Catedral de Pamplona.
Acompañado por el deán, los canónigos y varios sacerdotes, don Francisco Pérez presidió una Eucaristía en la que el vicario episcopal de Fe y Cultura, don Santiago Cañardo, presentó, como responsable del Sínodo en Navarra, a todo su equipo: Santos Gúrpide y María Chocarro (matrimonio delegado de Apostolado Seglar), Gemma Jiménez (Teresiana y Secretaria de la CONFER), Ignacio Aranzadi (Pastoralista del Colegio San Ignacio), Gladys García Rangel (Colaboradora en la acogida de familias de Cáritas diocesana) y Yosune Villanueva (Consagrada y periodista).
A la celebración, acudieron representantes de los distintos movimientos de la Diócesis, religiosos, consagrados, familias… todos ellos, escucharon del grupo responsable del Sínodo en la Comunidad Foral, además de las lecturas y las explicaciones de esta primera fase, tres testimonios de lo que la Iglesia quiere que sea este camino sinodal. Lo hicieron a la luz de las palabras pronunciadas por el Papa Francisco:
• Encontrar: Mirarnos las caras en esta fase, encontrarnos entre nosotros y encontrarnos con el Señor. Porque esos encuentros, pueden cambiarnos la vida.
• Escuchar: Un verdadero encuentro solo nace de la escucha. Y cuando escuchamos con el corazón, el otro se siente acogido y no juzgado. Ahora, el Espíritu nos pide ponernos a la escucha de todos los que formamos la iglesia.
• Discernir: Cuando nos encontramos, caminamos y hablamos con el otro, cambiamos y ya no somos los mismos. Por eso, este sínodo no tiene que ser una convención eclesial, sino un acontecimiento de gracia, un proceso de sanación guiado por el Espíritu y abierto a sus sorpresas.

“CAMINAR JUNTOS Y EN UNIDAD”
En su homilía, don Francisco animó a todos los bautizados, a los más cercanos a la Iglesia y a los más alejados, a los mayores y a los más jóvenes, a participar en estos grupos y a “caminar juntos y en unidad”.
El purpurado recurrió a las palabras de San Agustín para insistir en ese caminar juntos que nos pide la Iglesia en este momento: “In necesariis, unitas; in dubiis, libertas; in omnibus, caritas: En lo necesario, unidad; en lo opinable, libertad; y en todo, caridad”.
Este Sínodo es un tema decisivo para la vida y misión de la Iglesia, por lo que precisa que esta fase que comienza tenga como finalidad asegurar la participación del mayor número posible de personas para escuchar la voz de todo el Pueblo de Dios.
Este caminar juntos que nos pide el Papa arranca con la constitución de los grupos, que ya pueden empezar a organizarse en las distintas parroquias, movimientos, conventos, pastorales… Lo ideal son grupos entre 6 y 8 personas, variados en edad y con distintos grados de cercanía a la iglesia actual.
A menudo opinamos sobre distintas realidades de la Iglesia, pero no nos escuchan quienes pueden cambiar las cosas. Es momento de hablar para que nos escuchen y tengan en cuenta nuestras opiniones. Porque, no lo olvidemos, cada cristiano tiene un papel vital que desempeñar en la misión de la Iglesia. Además, todos los bautizados somos piedras vivas en la construcción del cuerpo de Cristo y estamos llamados a manifestarnos y a que estas opiniones lleguen a Roma. ❏

 

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