La Dolorosa vuelve a las calles de Pamplona

El pasado viernes, 8 de abril, tuvo lugar el Traslado de Nuestra Señora de la Soledad, la Dolorosa, uno de los actos más emotivos y de mayor devoción que se celebran en Pamplona.

Tras la última Misa del septenario, la imagen de la Dolorosa, la más antigua de la Semana Santa Pamplonesa y propiedad del Ayuntamiento de Pamplona, salió de la parroquia de San Lorenzo, quien custodia la imagen, tallada por Rosendo Nobás, hasta la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, donde se encontró con su hijo, representado en el paso del Cristo Alzado.

En esta ocasión, tras dos años sin poder realizarse este emotivo acto por motivo de la pandemia, la imagen de la Dolorosa lució un nuevo chal, en forma de velo, que sustituyó a la toca blanca que solía llevar, recuperando así la vestimenta clásica. También estrenó nuevos puños y nuevo cuello de encaje de valencienne, confeccionados por la Hermandad de la Soledad. Todo ello para conseguir que la Dolorosa recupere su imagen inicial, la que lucía desde principios de siglo. Estas mejoras, unidas a la restauración que se realizó a Nuestra Señora de la Soledad en el año 2020, han conseguido una imagen de la Madre de Pamplona que no se ha visto en muchos años.

La imagen de la Dolorosa salió de la parroquia hacia las 20:45 horas, portada a hombros por los miembros de la Hermandad de la Paz y Caridad. Pese a la lluvia intermitente, cientos de fieles, muchos de ellos con velas, se congregaron por las calles del recorrido: Paseo Doctor Arazuri, Mayor, San Saturnino, Plaza Consistorial, Mercaderes y Curia.

El traslado, organizado por la Hermandad de la Pasión, comenzó con el Hermano Guión, seguido por las cofradías de la ciudad en orden inverso a su antigüedad. Les siguió el estandarte de la Hermandad de Paz y Caridad, y tras él, el paso de la Dolorosa seguido por el clero de la iglesia de San Lorenzo. Los siguientes fueron la bandera y la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Pasión, organizadora del acto, seguidos por el Ayuntamiento de la ciudad, con el alcalde, Enrique Maya, a la cabeza. Cerró la comitiva la banda de La Pamplonesa.

Durante el recorrido, a la altura de la calle Mayor, la Cofradía de San Saturnino le dedicó un canto a la Virgen. En la calle Curia, la cantante Cristina Ramos le dedicó, desde un balcón, una ‘malagueña canaria’ a la Virgen, que siguió su recorrido hasta llegar a la Catedral, donde numerosos fieles le esperaban y le recibieron con aplausos. Allí fue recibida por el Deán de la Catedral, don Carlos Ayerra Sola.

Una vez en el interior de la seo pamplonesa se celebró un breve acto. La imagen de Nuestra Señora de los Dolores permaneció expuesta al público en la Catedral de Pamplona hasta el Viernes Santo, cuando, se unió a la procesión del Santo Entierro. Tras la procesión volvió a su capilla, en la parroquia de San Lorenzo.

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