Cristo Eucaristía pasea por las calles de Pamplona

Ya lo dice el refrán popular, «tres jueves en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y Ascensión». Y es que la fiesta del Corpus es una de las más importantes para la Iglesia Católica, y así ha pasado en Pamplona, donde el pasado domingo, 11 de junio, miles de fieles salieron a las calles para arropar a Señor Eucaristía.

Minutos antes de las once de la mañana, las campanas de la Catedral de Santa María la Real de Pamplona repicaban con fuerza para anunciar la celebración de este gran día. La Eucaristía, que fue presidida por el Arzobispo don Francisco Pérez, contó con la asistencia de cientos de fieles, entre los que se encontraban niños engalanados con sus trajes de Primera Comunión, que han ocupado los primeros bancos de la seo pamplonesa, al igual que lo hizo la Corporación municipal, con el Alcalde Enrique Maya a la cabeza.

En la homilía, don Francisco felicitó a los niños de Primera Comunión y a sus familias, recordando la felicidad que sintió él cuando la recibió, con 8 años, y le dijo a Jesús “Quiero que seas mi amigo y siempre”. “¡Qué hermoso es poder vivir como cristianos! Por eso hoy celebramos esta fiesta tan importante, el sacramento de Jesucristo Eucaristía”, recordó el Arzobispo. “Como no vamos a celebrar este día, como no vamos a dar gracias por aquel que se ha quedado entre nosotros, que es, ni más ni menos, que su cuerpo, que es para sanarnos y salvarnos. Por eso le adoramos, le glorificamos, le pedimos y participamos de su vida” señaló don Francisco.

“Hoy queremos adorar al Señor y queremos decirle, una vez más, que quien come su carne y bebe su sangre, habita en Él. Qué Él sea para nosotros alivio y esperanza y nos ayude a vivir y sepamos poner en primer lugar el amor de Cristo, en todas nuestras acciones y en toda nuestra vida, ya que es lo único que hace realidad el verdadero humanismo, porque un humanismo sin amor es lo más inhumano que puede haber, pero un humanismo con amor  es lo más humano”, explicó el Señor Arzobispo.

También quiso recordar que durante esa jornada también se celebraba Cáritas, “la acción de Cristo que tiende sus manos a los más pobres”. “Nunca olvidaré lo que decía Madre Teresa de Calcuta: ¡Qué grande es Dios que ha venido a estar con nosotros para alimentarnos de su cuerpo!, pero ¡qué grande es Dios que ha venido a hacerse presente místicamente en los pobres para que le alimentemos!”.

Tras la Misa, en la que la Capilla de Música, dirigida por Ricardo Zoco y con Julián Ayesa al órgano, puso la nota musical, dio comienzo la procesión. En primer lugar los Danzantes de San Lorenzo, el Zaldico de la Catedral, maceros y diferentes cruces parroquiales de parroquias de Pamplona, culminadas con la cruz arzobispal. Les seguían las banderas que representan a la Diócesis en sus diferentes zonas: Pamplona, Tudela, zona media y zona norte. Después iba el pueblo, las asociaciones religiosas, las diferentes cofradías y hermandades (Hermandad de Paz y Caridad, Agrupación El Rocío de Navarra, Corte de Santa María La Real, Congregación de Esclavos de Santa María, Asociación de La Milagrosa, Hermandad de la Pasión del Señor, Cofradía del Pilar, Hermandad de Cereros y Chocolateros, Hermandad de Labradores, Hermandad de Carpinteros, Tarsicios grupo de niños y niñas pertenecientes a la Adoración Nocturna masculina y femenina, y la Cofradía del Santísimo Sacramento), seguidas de los niños de Primera Comunión, los sacerdotes y el Santísimo Sacramento, portado en un templete procesional, seguido del Arzobispo don Francisco y el Cabildo Catedralicio, las autoridades civiles y numerosos fieles.

Durante la procesión, muchos fieles se arrodillaban al paso del Santísimo, se entonaron cánticos y se lanzaron pétalos de flores. Además, muchos vecinos habían engalanado sus balcones y ventanas para la ocasión. Minutos antes de llegar a la Catedral, la lluvia comenzó a caer, lo que hizo que se acelerase el paso de la procesión.

Ya de regreso a la Catedral, accedió al templo el Santísimo, y con la interpretación de la Capilla de Música del Tantum ergo, en la que banderas y estandartes rindieron honores, se hizo la Reserva del Santísimo, dando por terminada esta preciosa y multitudinaria procesión del Corpus. ❏

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