Don Florencio Roselló tomó posesión de la sede episcopal de Tudela
Después de ser ordenado Arzobispo de Pamplona y tomar posesión de la Diócesis, Mons. Roselló hizo lo propio, al día siguiente, en Tudela, en una Catedral abarrotada de fieles que quisieron mostrarle su cariño y cercanía. Los primeros bancos fueron ocupados por los familiares del nuevo Arzobispo, así como por autoridades civiles y miembros de la Orden de la Merced. Ante la gran cantidad de fieles, muchos tuvieron que seguir la celebración de pie.
El domingo 28, Mons. Florencio Roselló llegó minutos antes de las once de la mañana a la Catedral de Tudela, acompañado por los dos Vicarios Generales, Carlos Ayerra y Miguel Larrambebere. A la puerta de la Catedral fueron recibidos por el Deán, Sergio Álava, los canónigos, el alcalde de la ciudad, Alejandro Toquero, concejales y mandos de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
De igual modo que hizo en Pamplona, don Florencio se dirigió a la capilla de Santa Ana para rezar ante el Sagrario y posteriormente a la sacristía para revestirse. De allí salió en procesión hasta el altar mayor, donde se celebró la Eucaristía de la toma de posesión.
Don Carlos Ayerra fue el encargado de leer la bula del Papa Francisco con el nombramiento de Roselló como obispo de Tudela. En ese momento, las campanas de la Catedral comenzaron a repicar. Un grupo de fieles, en representación del pueblo de Dios, subió al altar para felicitar al nuevo Obispo de Tudela.
En la homilía, don Florencio explicó a los presentes que esa primera celebración como Obispo la recordaría siempre. De igual modo, reconoció que era la primera vez que estaba en la Catedral de Tudela, pero que ya le había ganado el corazón, por su belleza y por tener como titular a Santa María la Mayor, titular también de la parroquia de su pueblo, Alcorisa.
También pidió a los fieles que le ayudaran a ser Obispo, por lo que les animó a que le hablasen, escribiesen y contaran con él. “Quiero conocer a sus sacerdotes, a sus consagrados, a sus comunidades, a los laicos, y a los que no creen y no vienen a misa… La calle es para todos y allí nos encontramos”, subrayó.