¡Gracias! ¡Os quiero! ¡Os necesito! ¡La Iglesia os necesita!

El pasado sábado, 24 de febrero, se celebró, en Santesteban, el Día del Catequista con el lema “Guardianes de su misterio”. Una jornada festiva que fue presidida por el Arzobispo don Florencio Roselló, quien tuvo la oportunidad de saludar personalmente a los más de 300 catequistas apuntados a la jornada, así como de conocer
la realidad de estos transmisores de nuestra fe.

¡Gracias! ¡Os quiero! ¡Os necesito! ¡La Iglesia os necesita! Estas palabras repetidas por nuestro Arzobispo, D. Florencio, quedan como eco del Día del Catequista–Katekistaren Eguna, celebrado este año en Doneztebe–Santesteban, que reunió a casi 400 catequistas de nuestra Diócesis.
La bienvenida de Arantxa y Fernando, alcaldesa y concejal de la localidad, y la belleza de un aurresku fueron la muestra de la acogida de todo un pueblo que nos abrió sus puertas de par en par.
La gran iglesia de San Pedro a rebosar. Todos llamados a ser “Guardianes de su misterio / Bere misterioaren zaindariak”, lema elegido para esta jornada.
La Revelación, la Alianza, la Historia, la Vida, encierran ese Misterio que no ha de ser algo escondido, silenciado o inalcanzable, sino que hemos de descubrir en nosotros mismos, y desde y con nuestra vida, anunciarlo.
La oración primera dio paso al encuentro por grupos donde compartimos nuestras dificultades, los retos que hoy tenemos para que nuestra catequesis sea de verdad evangelizadora.
La puesta en común abrió un diálogo cercano con D. Florencio quien respondió a todas nuestras preguntas de una manera sencilla, dejándonos unos mensajes muy claros:
– Tenemos que aceptar la realidad que nos toca vivir “sin lamentos” y asumirla a la hora de plantear nuestra catequesis.
– Lo importante que debemos transmitir es la Buena Noticia de que Dios ama personalmente, perdona y acepta a cada uno como es. La gratuidad del amor de Dios en un mundo donde hemos puesto precio a todo, suena distinto.
– Nuestra vida ha de ser coherente con lo que estamos diciendo. “La gente sigue antes al testigo que al maestro, más a la vida que a las palabras”. El/la Catequista tiene que vivir lo que transmite.
– La Dimensión Social no es más importante o hay que poner más en relieve “porque atrae más”. Todo tiene que ir unido. “Si la Eucaristía no me lleva al compromiso, no hay Eucaristía. Y si el compromiso no viene de la Eucaristía, es una ONG”.
– No hay un niño imposible. Hay un niño que tiene futuro y hay que encontrarle el momento. Todos somos hijos de Dios.
– Si sois amables, acogedores. Si sonreís y no reprendéis. Si cada persona se siente querida… eso ya es una semilla. Nosotros sólo somos instrumentos. Es Dios quién actúa.
– La Iglesia es plural, universal, diversa en sus opiniones. En ella cabemos todos, y todos tienen que tener su sitio. Ante la confusión y las incoherencias de la Iglesia, “todo lo que esté debajo del Evangelio…”
– Sois, a pesar de todo, el primer rostro, y a veces el único, que los niños van a tener de la Iglesia.
Después de este diálogo, se entregó a cada catequista “Ciudad Biblia”, un precioso libro que nos adentra en la aventura de conocer la Biblia de una manera diferente. Material que tenemos que agradecer a Verbo Divino por el esfuerzo que han hecho para que pudiéramos adquirirlo para todos.
La Eucaristía fue la acción de gracias de una mañana muy rica e intensa que nos volvió a enviar a cada lugar para seguir siendo semilla de Evangelio.
“Hay que haceros un monumento. Gracias por el compromiso, la entrega y la dedicación. ¡Gracias, gracias, gracias!”
La comida fue el broche final a un día… ¡precioso!
¡Gracias, D. Florencio, por acompañarnos y sentirle tan cercano!, ¡Gracias, catequistas. Sois un auténtico regalo!, ¡Gracias, Parroquia de San Pedro, con Juan a la cabeza, por el cariño y por poner a disposición todo lo que estaba en vuestras manos!, ¡Gracias, familia Santamaría. Vuestra casa ha sido la nuestra, ¡y cómo nos habéis cuidado!, ¡Gracia a todo Doneztebe, Arantxa y Fernando, por la acogida! Nos habéis abierto las puertas de vuestro pueblo poniendo un marco precioso a este día inolvidable., ¡Gracias a nuestro Dios que hace de cada momento, de cada persona y de cada pequeña cosa un pequeño-gran milagro !Eskerrik Asco!  Rosa, secretaria de Catequesis.

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