D. Antonio Dorado: «Un hombre de Dios con largo recorrido»

D. Antonio DoradoD. Antonio Dorado, obispo emérito: «Un hombre de Dios con largo recorrido»

«El Papa Francisco acaba de nombrar cardenal a Monseñor Fernando Sebastián Aguilar, que fue Administrador Apostólico de la diócesis de Málaga durante casi dos años. Al jubilarse como Arzobispo de Pamplona, se vino a vivir a Málaga. Hoy los dos compartimos la condición eméritos como buenos vecinos; y casi a diario compartimos también misa y mesa. La designación cardenalicia de Don Fernando repercute sobre la querida diócesis de Málaga donde ha fijado su residencia.

Los Cardenales ayudan al Obispo de Roma en su misión de pastoreo de la Iglesia universal; unos con tareas de gobierno, al frente de alguna Congregación; y otros, en misiones puntuales y como consejeros si el Papa solicita su consejo. Además tienen la importante misión de elegir al sucesor de Pedro cuando fallece el Papa que está en activo. Pero este último cometido sólo lo pueden desempeñar los Cardenales que no han superado los 80 años. Y Don Fernando los ha superado ya.

Hoy los dos compartimos la condición de eméritos como buenos vecinos; y casi a diario compartimos también misa y mesa. La designación cardenalicia de Don Fernando repercute sobre la querida diócesis de Málaga donde ha fijado su residencia.

Algunos piensan que su cardenalato puede verse como un reconocimiento a una figura sobresaliente del episcopado español. Pero tal interpretación se aviene mal con la idiosincrasia del Papa Francisco, que cada día centra más en el servicio humilde el sentido de los cargos o encargos que se le asignan a uno dentro de la Iglesia. Esto me lleva a pensar que el Obispo de Roma ha buscado contar con un consejero bien formado y muy bien informado. Porque, debido a sus estudios y a su amplia trayectoria, Don Fernando tiene mucho que decir en cuestiones como la formación de los sacerdotes, la vida religiosa, las relaciones de la Iglesia con los gobiernos y el fenómeno del terrorismo.

Considero natural que, en una situación humana y cultural en la que terrorismo es un fenómeno en auge, en la que algunos políticos españoles hablan de revisar las relaciones de la Iglesia con el Estado, en la que vida religiosa languidece y en la que se impone una manera nueva y más sólida de ejercer el presbiterado, el Papa se haya fijado en Don Fernando Sebastián, un hombre con muy buena preparación intelectual y con un largo recorrido en las cuestiones más candentes de la Iglesia.

Acaba de publicar una interesante obra sobre la Virgen que lleva por título “María, Madre de Jesús y Madre nuestra”. Y como buen toledano que soy, me pregunto si no le ha sucedido como al Obispo Ildefonso de Toledo. Según una tradición, había publicado un libro sobre la Virgen; y, un día, mientras estaba rezando, nuestra Señora se presentó con el hermoso regalo de una casulla y le dijo: «Ildefonso, te entrego este obsequio por haber hablado tan bien de mí».».

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