Jubileo Extraordinario de la Misericordia. El Papa Francisco ha convocado un Jubileo extraordinario de la Misericordia con el lema “Misericordiosos como el Padre”, un año para ofrecer a la humanidad “la vía del perdón y de la reconciliación” y simbolizar una Iglesia de puertas y ventanas abiertas siempre y para todos.

En su bula de convocatoria del Año Santo Jubilar de la Misericordia, titulada “Misericordiae Vultus” (El rostro de la Misericordia), el Santo Padre ha recomendado vivir y realizar las 14 Obras de Misericordia: “Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo de despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza (…) pues los pobres son «los privilegiados de la misericordia divina»”.

El Papa quiere poner en el centro de la atención al Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia Él. “Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia que es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales”.

¿Qué es un Año Santo? Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, para renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, los jubileos son siempre una oportunidad para profundizar la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano.

En el primer Ángelus después de su elección, el Santo Padre afirmó: “Al escuchar misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo. Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo. Necesitamos comprender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso que tiene tanta paciencia” (Ángelus del 17 de marzo de 2013).

La Iglesia de Navarra tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, con la palabra y el testimonio de vida. Donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia.

Peregrinos de la misericordia.
Las Javieradas son fundamentalmente un acontecimiento religioso, una peregrinación. Si bien existen motivaciones deportivas, culturales, festivas o tradicionales, que las acompañan, nada debe empañar el carácter religioso y de manifestación de Fe de nuestras Javieradas. Son un signo de la Iglesia peregrina y misionera. Por eso, a Javier se marcha en espíritu de penitencia y de fe. Se camina hacia una meta significada en el Castillo de Javier, pero que lo trasciende.

Más allá de la tradición y la fiesta, se marcha hacia la Reconciliación, la Conversión, la Gracia… al encuentro con Jesucristo, y al compromiso misionero con la justicia, el amor, la paz y con todos los valores evangélicos y sociales.

En este año en que la Iglesia universal celebra el Jubileo extraordinario de la Misericordia, el lema no podía ser otro: “Peregrinos de la misericordia”. Por ello os invitamos, especialmente en estas Javieradas, a vivir la marcha hacia el Castillo con espíritu peregrino, a participar en el Viacrucis con deseo de abrirse al perdón de Dios en el sacramento de la reconciliación, y a celebrar la Eucaristía en Javier sintiéndonos miembros de una familia que acoge, ama y perdona.

Que este año las Javieradas nos transmitan ilusión, fe y voluntad para poner misericordia, como nuestros misioneros navarros, en un mundo que está falto de perdón y de amor.

Agradecemos la labor de toda la organización, fuerzas de seguridad del Estado y servicios de sanidad, colaboradores y voluntarios que hacen posible que lleguen a buen término todas las personas que peregrinan. Recuerdo con gratitud a la Compañía de Jesús y al Ayuntamiento de Javier por su ilusión y trabajo en las Javieradas y a lo largo de todo el año.

Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia.
«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5,7)

Con este lema la JMJ de Cracovia 2016 -que se celebrará del 25 de julio al 1 de agosto en la ciudad polaca- se inserta en el Año Santo de la Misericordia, convirtiéndose en un verdadero Jubileo de los Jóvenes a nivel mundial.

Se cumplen ahora 30 años desde que san Juan Pablo II instituyó en la Iglesia las Jornadas Mundiales de la Juventud. Esta peregrinación juvenil a través de los continentes, bajo la guía del Sucesor de Pedro, ha sido verdaderamente una iniciativa providencial y profética. Demos gracias al Señor por los abundantes frutos que ha dado, y esperamos que los siga dando en la vida de muchos jóvenes en todo el mundo.

Ruego a San Francisco Javier y Santa María la gracia jubilar de anunciar y vivir la misericordia que nace de Dios y del Evangelio siempre y por todas partes.

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