Testimonio de los jóvenes neocatecumenales

El 26 de julio comenzaba una peregrinación en la que participaron 212 jóvenes navarros del Camino Neocatecumenal. Todos se juntaron en Noáin para partir rumbo Budapest, primera parada de un viaje lleno de emociones.

Una vez llegaron a su destino pasearon por las calles de Buda. Después de pasear, llegaba el verdadero motivo del viaje, el anuncio del Evangelio por las calles. El 30 y el 31 participarían con el Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud, pero antes se encargarían de acercar el Evangelio a las personas alejadas de la iglesia. Todos los jóvenes ataviados con guitarras y pancartas, se juntaron con las comunidades neocatecumenales de Budapest y estuvieron haciendo misión por las plazas. Allí hay una missio ad gentes con una familia y un seminarista español. Un sacerdote que hablaba español era el encargado de traducir todos los testimonios de los jóvenes. Al día siguiente después de visitar Pest se juntaron otra vez con una missio ad gentes. En este caso con la missio ad gentes de Miskolc (Hungría), donde hay un matrimonio español, cuya mujer es de Pamplona.

Más tarde pusieron rumbo a los montes Tatra, situados en la frontera entre Polonia y Eslovaquia. Fue un día para pasear y disfrutar de unas hermosas vista, que acabo con un escrute de la palabra.

Por fin llegó el día de la vigilia en el Campus Misericordiae. Después de escuchar al Santo Padre, los jóvenes pasaron allí la noche porque al día siguiente se celebraba la Santa Misa. En las dos ocasiones el Papa se dirigió a los jóvenes y las palabras que más resonaron fueron: «levantaros del sofá y poneros las zapatillas y luchar por vuestro futuro». Francisco invitó a los jóvenes a construir puentes y dejar huella en este mundo.

Al día siguiente tuvieron el encuentro con Kiko y el Padre Mario, iniciadores del Camino Neocatecumenal. En este encuentro se hizo un homenaje a Carmen Hernández, recientemente fallecida, a través de unas imágenes en las que ella se dirigía a las mujeres. Les animaba a quererse a sí mismas y a valorar el gran don de la vida que se da en sus vientres. En este encuentro se pidieron vocaciones y unos tres mil hombres, unas cuatro mil mujeres y dos mil quinientas familias se levantaron para ofrecer su vida a Dios de diferentes maneras: como sacerdotes, misioneras o familias para la missio ad gentes.

Para finalizar la peregrinación acudieron a Czestochowa, donde pudieron celebrar una Eucaristía antes de entrar a rezarle a la Virgen. Al día siguiente aprovecharon como miles de jóvenes y visitaron el campo de concentración de Auschwitz. Posteriormente realizaron una Eucaristía para rezar por los miles de inocentes que perdieron y aun hoy pierden la vida en las guerras. El ultimo día visitaron Praga antes de poner rumbo a Noáin, donde les recibieron sus familiares.

Después de este viaje, el pasado domingo tuvieron un encuentro con el Arzobispo Mons. Francisco Pérez y el Obispo Auxiliar, Mons. Juan A. Aznárez, donde algunos jóvenes pudieron dar testimonio acerca de la peregrinación. Después el obispo les dedicó unas palabras y concluyeron con unas vísperas.

Judit del Burgo

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