Peregrinación de jóvenes a Lourdes

Desde la Pastoral Vocacional y la delegación de Juventud se organizó una peregrinación a Lourdes para los jóvenes de la Diócesis, con don Juan Antonio, Obispo Auxiliar, y Miguel Garisoain, responsable de Pastoral Vocacional, a la cabeza. También nos acompañaron dos seminaristas, Héctor y Dani, que se encargaron de cocinar durante todo el fin de semana. En total unos 30 jóvenes, de diferentes edades, parroquias y movimientos.
Salimos de la estación de autobuses el viernes 24 por la tarde. Primera parada: el Seminario. Había que recoger la comida… ¡y a los cocineros! Tras unas 4 horas de bus y dos paradas llegábamos de noche a la “Ciudad de los jóvenes”, el albergue en el que nos hospedaríamos. Después de asentarnos, tuvimos una pequeña oración que nos metió ya de lleno en la peregrinación.
El sábado fuimos a Bartres, el pueblo en el que santa Bernardita pasó parte de su niñez. Desde ahí, de la mano del evangelio entramos andado en peregrinación a Lourdes. Visitamos los lugares más importantes de la vida de Santa Bernardita: el Molino de Boily, “le câchot”, la iglesia donde se encuentra la pila donde se bautizó…
Por la tarde tuvimos la enorme suerte de ir a visitar la “comunidad del Cenáculo”, una asociación católica que acoge y sana a personas con adicciones. Una auténtica clínica de rehabilitación, basada en la vida en común, el trabajo y la oración. Sin tratamientos farmacológicos, sin médicos, sin psiquiatras… Con la certeza de que Él es el único doctor, el único que les puede sanar. Y aquí en Lourdes, ¡con la especial cercanía de la mejor enfermera, la Virgen! Contamos con el testimonio de tres de los chicos, y fuimos testigos de primera mano de cómo Él puede dar un auténtico vuelco a nuestras vidas, ¡si le dejamos!
Esa misma tarde, también nosotros pudimos beneficiarnos del don de la curación, esta vez espiritual, a través del sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía. Ya por la noche rezamos nuestro rosario de las antorchas particular.
El domingo, después de un rato de tiempo libre, para realizar las compras de rigor y recoger el agua para familiares y conocidos, fuimos a visitar a las Hermanitas de Belén. Se trata de una congregación de vida monástica donde tuvimos el privilegio de celebrar la Santa Misa y tener un encuentro con dos de las hermanas, naturales de Pamplona.
Como siempre, esta peregrinación ha sido un auténtico regalazo. Una forma excepcional de prepararnos para la Cuaresma ¡Por María a Cristo! ¡Gracias madre, por acercarnos a Jesús!

Miguel Garisoain, responsable de Pastoral Vocacional

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