JUNIO 2014
“¿De qué sirve, hermanos míos, que uno diga tener fe, si no tiene obras? ¿Acaso la fe podrá salvarlo?” (St 2, 14).
No hay duda que el dicho popular: “A Dios rogando y con el mazo dando”, tiene una gran sabiduría de lo que significa “obras son amores y no buenas razones”. La fe no es un acto de pulcra poesía y teoría, es más bien un acicate, sustentado en el encuentro con Jesucristo, para saber si los actos y obras corresponden a lo que creemos. “Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento cotidiano, y alguno de vosotros les dice: ‘Id en paz, calentaos y saciaos’, pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no va acompañada de obras, está realmente muerta” (St 2, 15-17).
Como “muerta es la fe” del que se encuentre en pecado mortal, es decir, el que ha roto con el amor a Dios y al prójimo. “Privada de la esperanza y la caridad, la fe no une plenamente el fiel a Cristo ni hace de él un miembro vivo de su Cuerpo” (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1815).
“Así como del movimiento del cuerpo conocemos su vida, así también conocemos la vida de la fe por las buenas obras. Porque la vida del cuerpo es el alma, por la cual se mueve y se siente, y la vida de la fe, la caridad (…). Por lo que, resfriándose la caridad, muere la fe, así como muere el cuerpo apartándose de él el alma” (San Bernardo, In Octava Paschae, Sermo 2,1).
Tema de meditación y reflexión:
El Papa Francisco nos habla de salir y de ir a las “periferias existenciales” que son “Las Obras de Misericordia” A) Las Espirituales (Enseñar al que no sabe, Dar buen consejo al que lo necesita. Corregir al que se equivoca, perdonar las injurias, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos del prójimo y rogar a Dios por los vivos y difuntos) B) Las Corporales (Visitar y cuidar a los enfermos, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, redimir al cautivo y enterrar a los muertos).
Compromiso para junio (Mes del Sagrado Corazón de Jesús):
Dejar que el Amor de su Corazón nos haga vivir y realizar las Obras de Misericordia, que son tantas como cuantas miserias encontremos en el camino. Hacer obras de misericordia y ser misericordiosos.