La Diócesis celebró la Misa Crismal

La Catedral de Tudela y en la de Pamplona acogieron el martes 4 y el miércoles 5 de abril, respectivamente, la tradicional Misa Crismal, presidida por nuestro Arzobispo, Mons. Francisco Pérez, quien acompañado por todos los presbíteros de la Diócesis, bendijo los Santos Óleos y consagró el Santo Crisma.
En Tudela, don Francisco presidió esta celebración acompañado por el Vicario General de Pastoral, Miguel Larrambebere, el Vicario Episcopal de Zona, Sergio Álava y 45 sacerdotes más. Sirvieron al altar dos Diáconos de los Peregrinos de la Eucaristía y Acólitos. La Asamblea fue numerosa tanto de laicos como de religiosas que quisieron estar presentes en esta celebración en la que don Francisco dio las gracias a los sacerdotes por su entrega generosa y por la renovación de las promesas sacerdotales. Tanto en la celebración de Tudela como en la de Pamplona, el Arzobispo recordó en su homilía que “Hoy la sociedad y el pueblo creyente nos necesita para llevar la Luz de Cristo”. Además, explicó que para ser Luz, lo primero que debían hacer era poner su “confianza en Cristo, al igual que lo hizo San Pedro, aunque seamos limitados y pecadores”, y en segundo lugar “abrazar la Cruz llena de Cristo”.
En las dos celebraciones, tras la homilía, se renovaron las promesas sacerdotales y posteriormente se bendijo, primero, el óleo de los enfermos, con el cual que ungirá a los enfermos para que reciban el alivio del Señor. Seguidamente se bendijo el óleo de los catecúmenos, con el cual se unge a los que recibirán el bautismo, para hacerlos fuertes contra el mal. Finalmente, don Francisco consagró el crisma con el que se ungirá a los recién bautizados, con el que los confirmados son signados, con el que se sellan las manos de los presbíteros y la cabeza de los obispos cuando son ordenados y se marcan las iglesias y los altares el día de su dedicación, para expresar la unción invisible del Espíritu Santo.
Tras la consagración, don Francisco derramó perfume sobre el óleo para confeccionar el santo crisma y después sopló sobre la boca del ánfora, del mismo modo que cuando Dios creó al hombre le insufló el aliento de vida.
En la celebración que tuvo lugar en la Catedral de Santa María la Real de Pamplona, don Francisco presidió acompañado por el Abad de la Oliva, los dos Vicarios Generales, Carlos Ayerra y Miguel Larrambebere, y por más de 175 sacerdotes.
Don Francisco pidió a la asamblea que recen por los sacerdotes y por las vocaciones sacerdotales, que tanta falta hacen en nuestra sociedad actual. De igual modo, pidió que se siguiera rezando por el Papa Francisco y por la paz en el mundo. ❏

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