1. Cumple el primer mandamiento. Ama a Dios como Creador, Padre providente y misericordioso, origen y horizonte de nuestra vida.

2. Estudia la historia de Jesús. Cree en El con toda tu alma. Acéptalo como el Amigo interior con el que todo se comparte. Ponlo en el centro de vida y de tus amores.

3. Ama a la Iglesia de Jesús, de los Apóstoles, de los santos. Es tu madre, tu maestra, tu hogar. Recibe, convive, colabora.

4. Participa intensamente en la Eucaristía dominical. Es tu inmersión periódica en la vida de Jesús, en su amor filial, en tu llegada a la vida de Dios.

5. Ora con cada día. Con la Iglesia entera. Con Jesús, con María. Aprende de Ella a ser discípulo de Jesús. Para acercarte cada día un poco más a la verdad de Dios, para sentir su amor, para irradiar el gozo de su presencia.

6. Pon tu corazón en amar a los demás con el amor de Jesús, no seas egoísta, aprende a ser compasivo y misericordioso. Dedica tiempo y esfuerzo al bien de los demás.

7. Haz algo para que este mundo se parezca algo más al mundo que dios quiere para sus hijos, fundado en la verdad, en la justicia y en el amor.

8. Aprende a valorar las cosas de este mundo desde el final del camino, desde la cumbre de la resurrección. Así podrás ser libre y generoso.

Y la paz de Dios llenará tu corazón y crecerá en el mundo.

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