“INFANCIA MISIONERA…MANOS A LA OBRA” 27-01-2008

Un año más queremos resaltar la importancia de la Infancia Misionera. Para ello hemos pensado hacer realidad aquello de ‘manos a la obra’. No podemos pararnos. Es necesario remangarse y ponernos a trabajar con los niños y para los niños. Dentro de poco les tocará construir un mundo más en consonancia con los valores del Evangelio. Para eso conviene trabajar desde estos momentos sin miedos y con valentía. Hemos de presentarles con ilusión y realismo todo lo que han de aprender para formarse como hombres y mujeres del futuro. La confusión que hoy se cierne en la sociedad y que se ha ido fraguando con el paso del tiempo, hemos de desenmascararla sin titubeos y con firmeza. La causa de la misma hunde sus raíces en el relativismo. ¡Cuánto daño se puede hacer, y de hecho se está haciendo, a los que llevarán sobre sus hombros los destinos de la sociedad dentro de pocos años! Por ello conviene movilizarse y preparar con audacia a los niños que, como planta tierna, reciben todo y lo asumen con sencillez y asombro.

No todo es válido, como enseñan las filosofías relativistas, ni todo es bueno como enseñan los maestros del ‘vacío existencial’. Una sociedad que no se forme en el principio moral de ‘aceptar el bien y rechazar el mal’, se convierte en enemiga de sí misma. La niñez es como una esponja que absorbe todo lo que se le pone por delante y que marca para toda la vida. Tanto lo bueno como lo malo puede convertirse o en una vida sana, con actitudes moralmente bien orientadas o en una bomba de relojería que el día menos pensado explota con formas de actuar que contradicen la dignidad humana. Libertad no es ‘hacer lo que a uno le apetece’; es algo sagrado que ayuda a crecer a la persona en un estilo de vida auténtico y que tiene como norma de vida ‘hacer el bien y buscar lo bueno’.

Para ello, los medios de comunicación social, que son el ‘púlpito’ desde donde se debe enseñar a vivir y orientar la vida en la verdad, deben echar una mano. Desgraciadamente son frecuentes las veces que nos hallamos ante informaciones o programas interesados que contradicen y amenazan a la persona con modos de vida rastreros; son la ‘basura’ que nada tiene que ver con la identidad de la naturaleza humana llamada a la armonía y a la belleza. En este campo hay que ponerse “manos a la obra”. Y son las familias, apoyadas por las parroquias, el Colegio y los diversos ámbitos de Iglesia, quienes deben llegar a los niños para presentarles el seguimiento de Jesús como lo más hermoso que hay en la vida. Quien va tras las huellas de Cristo hace de su vida un camino. Los diez mandamientos son el mejor programa de vida cristiana, más aún, de experiencia humana. Tanto los tres primeros, que hacen referencia a Dios, como los siete restantes que hacen referencia al prójimo, nos muestran el modo de hacer el bien y rechazar el mal.

Desde las Obras Misionales Pontificias deseamos que la Infancia Misionera sea un aliciente para todos los niños españoles y que, con su ejemplo, sean muchos los que se sumen a esta forma nueva de vida que será una alegría para el futuro. Cuando tenía once años, al ver cómo vivían otros niños, quedé impresionado. Aprendí a rezar con ellos y sentía un gran gozo dentro de mí. Pero lo que me dejaba atónito era el testimonio de los Santos; mucho me ayudaron San Francisco Javier, San Francisco de Asís, San Pío X… Y todos venían a decirme lo mismo: hay que hacerse amigos de Jesús. Así comencé una aventura nueva que aun dura después de tanto tiempo. Conviene volver a presentar –con viñetas- la vida de los Santos para que los niños descubran la grandeza de aquellos que supieron amar a Dios y entregarse a los demás.

Desde Obras Misionales Pontificias se está preparando todo un material catequético, muy bueno, para niños. Invito a las parroquias, escuelas, colegios y familias a utilizarlo con ellos ya que son ellos los que más necesitan orientaciones claras y firmes. Pongámonos todos ‘manos a la obra’ para proclamar clara y gozosamente que ser cristiano hoy es la aventura más hermosa que vivirse pueda. Es éste un momento importante para ayudar a comprender lo que significa la infancia en la Iglesia. Desde Infancia Misionera queremos mostrar el rostro amable de los niños que son los ‘pequeños misioneros’ y que han de llevar a los demás el mensaje de Jesús.

Además Infancia Misionera se compromete a ayudar a otros niños que están faltos de amor. Se solidarizan con ellos para que puedan tener un Hospital o una Escuela o una Capilla o un ambiente más digno. Los niños con toda facilidad se ponen ‘manos a la obra’ compartiendo sus ahorros para la consecución de dichos fines. No les cuesta, e incluso piden a los mayores que les ayudemos. España es una de las naciones más generosas. Hagamos de este Jornada de la Infancia Misionera un espacio de verdadera formación para nuestros niños a fin de que, siendo amigos de Jesús, se pongan ‘manos a la obra’ y miren a otros que, como ellos, son también hijos de Dios y merecen lo mejor de nosotros.

 

 

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