LA FUERZA DEL ESPÍRITU ACTÚA EN MEDIO DE SU IGLESIA. Jornada del Pueblo de Dios. 05-10-2008

Hace pocos días escribía a los sacerdotes una carta con motivo del curso que acabamos de iniciar y en ella les decía que en la Diócesis se han ido sucediendo, durante el presente año, muchas realidades hermosas en las que el Espíritu del Señor ha mostrado su Amor y su presencia en medio de nosotros. Iniciativas apostólicas en las parroquias, actos litúrgicos que hemos vivido con ilusión, como el año Jubilar de la Virgen del Puy, en Estella; la apertura de la Adoración Perpetua en la Basílica Menor de San Ignacio de Loyola, en la ciudad de Pamplona o actos formativos diocesanos como los Cursos promovidos por el Centro de Estudios Teológicos del Seminario de Pamplona o el Instituto de Ciencias Religiosas del mismo Seminario; las Romerías de nuestros pueblos en honor de la Virgen y los Santos; las Peregrinaciones a Roma o a Tierra Santa o a Lourdes u otros lugares de honda raigambre espiritual; acciones evangelizadoras y catequéticas (el Catecumenado de Adultos que deseamos poner en marcha este año a nivel diocesano); los Campamentos para niños y jóvenes… Todo es motivo de agradecimiento a Dios que sigue cuidando de su Iglesia.

Ahora que hemos comenzado el nuevo curso, hemos de procurar abrir las puertas de nuestra Iglesia diocesana y acoger con gran cariño a todas las personas que conviven con nosotros,  como son los inmigrantes o personas de paso por tierras navarras. Damos gracias a Dios por la disponibilidad y servicio que prestan las religiosas de la Congregación de “Marta y María” cuidando de nuestros sacerdotes mayores en la Residencia del Retiro del Buen Pastor en Pamplona y las felicitamos por su servicio sencillo y lleno de caridad. También hemos de reconocer y agradecer a los sacerdotes que vienen a estudiar a Pamplona y que se ofrecen a servir nuestra Diócesis en la pastoral evangelizadora. Los PP. Redentoristas han tenido el detalle de ofrecerse a trabajar pastoralmente en nuestra Diócesis. Les hemos encomendado la Parroquia de los “Santos Mártires de Uganda” de Pamplona. Les felicitamos por su disponibilidad.

Estos días han llegado a nuestra diócesis seis miembros de la Congregación “Ermitaños Eucarísticos del Padre Celestial”. Es una Congregación joven, de procedencia colombiana, y que se formarán y desarrollarán su labor pastoral en Marcaláin y pueblos cercanos. Que les acojamos con cariño y que juntos podamos trabajar en la extensión del Reino de Dios.

Otro acontecimiento de última hora y que considero un gran regalo del Espíritu, es la erección del nuevo Seminario Misionero Diocesano “Redemptoris Mater” que, bajo la autoridad del Arzobispo, tendrá como finalidad asegurar la formación de los seminaristas en sus varios aspectos. Estará formado por seminaristas procedentes de diversas naciones y que se prepararán para ser sacerdotes misioneros donde el arzobispo les envíe. Esta experiencia,  iniciada en tiempos de Juan Pablo II y encomendada encarecidamente por él al Camino Neocatecumenal, en comunión con el Obispo diocesano, ha dado y sigue dando frutos muy abundantes. Actualmente son 72 los Seminarios esparcidos por todo el mundo; concretamente, en setenta y dos Diócesis y  en todos los Continentes. En el nuestro iniciarán este año OCHO seminaristas de diversos lugares. El proceso a seguir será el siguiente: durante dos años vivirán en familias de Navarra y, si la experiencia es positiva, al tercer año se buscará un lugar en el que pueda ubicarse dicho Seminario. Los estudios los realizarán en el CESET (Centro Superior de Estudios Teológicos), en el Seminario Diocesano de San Miguel de Pamplona.

Para seguir fomentando las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, hemos pensado en intensificar el curso Introductorio para jóvenes que sientan la llamada al sacerdocio. A nivel de preadolescentes, abriremos “Escuelas de Acólitos” para que, tras una formación espiritual, humana y doctrinal,  puedan discernir una  posible vocación de especial consagración. Ya se está estudiando el programa con la esperanza de que sea apoyado por todos y que la semilla que ahora sembramos, crezca en el futuro.

También desearía que este año se consolidase en nuestras parroquias el Sacramento de la Penitencia o de la Confesión. Los sacerdotes deben encontrar tiempo para atender a las personas que necesiten el encuentro con Dios.  Además de poner horarios en las Parroquias, también tendremos algunas abiertas con horarios más flexibles. En la ciudad de Pamplona ya hay parroquias donde, en horarios de mañana y tarde, siempre hay sacerdotes disponibles. La Misericordia de Dios es infinita y siempre nos espera para hacernos partícipes de su Amor. Se está preparando un tríptico explicativo  que en breve se hará llegar a todas las parroquias y comunidades. Dentro de este campo, también desearía abrir lo que podríamos denominar “Consultorios Espirituales” en los que sacerdotes bien preparados puedan orientar a los fieles en su recorrido de vida cristiana.

Al contar en nuestra Diócesis con varios Monasterios de vida contemplativa, sería bueno que, en torno a ellos, pudiéramos contar con personas que organicen conjuntamente momentos de oración y de formación espiritual. Para ello sería bueno organizar Vigilias de oración, al menos una vez al mes, para rogar al Señor de la mies que envíe operarios a la misma. Arropemos a nuestros Monasterios y demos importancia a su labor intercesora.

Por lo que se refiere a la acción social, creo que Cáritas diocesana está realizando una buena gestión en estos momentos difíciles. Tiene en marcha un proyecto bastante ambicioso para este curso. Hemos de poner todo el empeño  para que la acción caritativa de la Diócesis esté bien orientada y bien planificada. No podemos olvidar a los pobres ni aquí ni fuera de nuestra tierra. Ellos nos piden a gritos  que seamos generosos, a pesar de la desaceleración económica  que nos está pidiendo una mayor austeridad.

También quiero entonar en este día un canto de agradecimiento a nuestros misioneros. Recordad que estamos celebrando los cincuenta años de la “Misión Diocesana Navarra”. Nuestros misioneros han demostrado a las gentes a las que el Obispo envió, el rostro de una familia y de un hogar donde aprendieron a vivir su fe y a practicar la caridad con los más necesitados. Durante este año se nos ha ido recordando con motivo de las “bodas de oro” de la Misión Diocesana. Pero a nuevos tiempos, nuevas expresiones, nuevos métodos y nuevas ilusiones. No podemos quedarnos estancados en el pasado, que sin duda ha sido maravilloso. Hoy el espíritu sigue alentando la misión con nuevas formas, y de modo especial a través de familias y laicos comprometidos. La misión es de toda la Iglesia y de todos sus miembros,  sea cual sea su vocación. No olvidemos que más de dos tercios no conocen aún a Jesucristo. La “misión aún está por estrenar” decía Juan Pablo II. Invito, por ello,  a todos a ser misioneros al estilo de San Pablo y a anunciar sin miedo,  con obras y palabras,  a Jesucristo, el único Salvador del género humano.

Termino diciéndoos que deseo comenzar la Visita Pastoral,  estructurada y organizada ya para este curso 2008-2009. Con este fin quiero tener una reunión con los arciprestes a fin de  proyectar juntos este momento de gracia que es tiempo de revisión y de discernimiento para seguir evangelizando a nuestros fieles. Que el Señor nos acompañe siempre y nos fortalezca para que  llevemos a buen término la misión por él encomendada.

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