El mensaje de la Iglesia sobre el demonio
Desde hace tiempo quiero manifestarle una preocupación y no me atrevía a preguntar a nadie. He visto personas que están influenciadas por el ‘satanismo’, es un culto que hacen a Satán. Yo, como buen católico, creo en el mensaje de la Iglesia y por tanto creo firmemente que el Maligno, Satán o Demonio es un ser personal. Me preocupa que no se hable con claridad de dicho tema. ¿Qué nos dice la Iglesia hoy?
Cuando rezamos el Padrenuestro, decimos: «Líbranos del Mal». Desde aquí quiero dar la respuesta a la cuestión que Ud. me formula. Es una pregunta muy importante y que, para muchos, va a resultar clarificadora con la respuesta que pretendo dar, aunque no tenga mucho espacio para desarrollar o agotar lo que a Ud. le inquieta.
El mensaje de la Iglesia es el mismo que el de Jesucristo y él nos dice así: «No te pido que les retires del mundo, sino que los guardes del Maligno» (Jn 17,15). El Catecismo de la Iglesia Católica (nº 2851) dirá que en esta petición, que hacemos a Dios para que nos libre del mal, el mal no es una abstracción, sino que designa una persona. Satanás o el Maligno es el ángel que se opone a Dios. No quiere saber nada de Dios, lo rechaza y se opone totalmente a su designio de salvación. El pecado se asocia al Maligno y pecado significa romper con la bondad de Dios y con los planes de su Reino. Por eso donde no hay amor, justicia, paz y correspondencia a la gracia de Dios, se puede decir que existe otro Reino distinto al de Dios, que es el Reino del Mal.
El Diablo es aquel que se atraviesa en el designio de Dios y se pone en contra del mensaje y vida de Jesucristo. Satanás, nos dice la Biblia, es el seductor del mundo entero, es aquél por medio del cual el pecado y la muerte entraron en el mundo y que gracias a Cristo viene derrotado y la muerte vencida por su Resurrección. La victoria sobre el «príncipe de este mundo» (Jn 14,30) se adquirió de una vez por todas en el momento que Jesús se entregó libremente a la muerte para darnos su Vida.
Al pedir, sigue diciendo el Catecismo (nº 2854), ser liberados del Maligno oramos igualmente para ser liberados de todos los males, presentes, pasados y futuros de los que él es autor e instigador. Por eso hemos de seguir pidiendo y rogando a fin de que no nos dejemos esclavizar por los males de los que él es el único incitador.
Al hablar de satanismo es cierto que hay algunas «sectas satánicas» que tienen como único fin dar culto al Diablo. Quien entre en este ambiente que sepa que está haciendo el mayor de los males para sí mismo y se introduce en un mundo que le lleva a la propia autodestrucción espiritual y anímica. Ante tales manifestaciones podemos decir: «Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación». o