Sentido de la oración en Cuaresma

El significado de Cuaresma es el de cuarenta días. Y estos son los días que pasan desde el miércoles de Ceniza hasta el domingo de Pascua. Y durante esta cuarentena nos vamos preparando espiritualmente para celebrar con profunda devoción las fiestas de la Semana Santa que concluyen con el domingo de Resurrección.

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Quiero que me explique cuál es la razón por la que la Iglesia nos invita a vivir, durante la Cuaresma, la oración con más intensidad. Y qué significa Cuaresma.

El significado de Cuaresma es el de cuarenta días. Y estos son los días que pasan desde el miércoles de Ceniza hasta el domingo de Pascua. Y durante esta cuarentena nos vamos preparando espiritualmente para celebrar con profunda devoción las fiestas de la Semana Santa que concluyen con el domingo de Resurrección. Son semanas que dedicamos a ser más conscientes del don que hemos recibido de la fe.

Por eso la Iglesia, siguiendo el mandato de Jesucristo, anuncia el Evangelio haciéndolo vida propia en sus miembros católicos. Y la oración es la profunda comunión con Dios, con el que mantenemos ese «trato de amistad» para que nos oriente, ilumine, nos de su palabra de aliento y nos impulse por el camino de la bondad y de la santidad.

La oración, además, nos sana el corazón. Esto quiere decir que si perforamos en nuestra intimidad o interioridad podemos comprobar, muchas veces, que hay odios a personas, envidias, recelos, egoísmos, insolidaridad, apego a las propias concupiscencias. Todo esto es un mal, porque la falta de amor es la mayor de las enfermedades; el pecado es el mayor mal. Luego el corazón, en esta situación, requiere una cura especial. De ahí que la Cuaresma nos recuerda que hemos de sanar nuestro corazón o nuestro modo de vivir.

Esta sanación salvadora sólo la puede hacer un Médico y éste es Jesucristo que actúa a través de la Iglesia. Él es el Hijo de Dios, que ha habitado y está presente entre nosotros para darnos vida y vida que transciende hasta la eternidad. La oración nos hace conscientes de saber que la fuerza amorosa de Dios hace posible que vivamos con la mirada puesta en la Salvación de Jesucristo que es la salud espiritual y que es mucho más perdurable que la salud física puesto que ésta tiene un límite y aquella nos conduce hasta lo perdurable y que nunca acabará.

Se ha de eliminar la falsa mentalidad y esto se palpa en el ambiente social de que la oración no va con los tiempos modernos, que no tiene sentido en un mundo que ha superado, muchas cosas, gracias a la ciencia. Tan necesaria es la oración como necesario es el oxígeno para nuestros pulmones o el alimento para nuestro cuerpo. Sólo, desde la oración, podemos transformar las actitudes nocivas en virtudes, lo negativo en positivo y el pecado en gracia. La oración respira el aire del amor.

La Iglesia nos invita, en esta Cuaresma, a profundizar en la amistad con Dios que es salud y fortaleza para el corazón que ha de gozar de la gracia amorosa de Dios.

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